La vida de Luz Elena Rodríguez Vázquez, de 40 años, dio un giro total el 4 de mayo de 2011. Mientras se preparaba para representar a Puerto Rico en el deporte del ciclismo en los Juegos Panamericanos de ese año, fue atropellada y pasó meses encamada, enfrentando la posibilidad –según los médicos– de pasar el resto de sus días con bastón o muleta.

Sin embargo hoy, con el apoyo de amigos y seres queridos, luego de cinco operaciones, numerosas terapias y mucho esfuerzo propio, la mujer no solo pudo levantarse de la cama y caminar sin muletas, sino regresar al ciclismo competitivo de forma exitosa, al extremo de que el mes pasado ganó el segundo lugar entre decenas de competidoras de América Latina en un evento en Panamá.

Allá para el 2011, Luz Elena, criada en Fajardo y residente en Luquillo, se preparaba para viajar en los Juegos Panamericanos de Guadalajara. Venía de lograr una medalla de plata en equipo en los Centroamericanos de 2010 celebrados en Mayagüez y obtener individualmente una medalla de bronce en los campeonatos de Caribe en el ciclismo del 2009. Así que procuraba otra buena actuación en nombre de Puerto Rico, pero esta vez en tierra azteca.

La hoy madre de una adolescente de 19 años recordó que ese día del choque parecía que no debía salir de su casa en Luquillo, pues cuando salió la primera vez  a correr su bicicleta tuvo que regresar a buscar una cartera; y luego regresó una segunda vez a buscar su teléfono celular. Finalmente, cerca de las 9:30 a.m. salió de la casa.

Entonces fue atropellada. “Iba por la marginal de Luquillo y salió un vehículo en reversa, una pickup atrasadita, no pude ver de cuál de los ‘fast food’ y me llevó. Me impactó, subí y caí”, recordó Luz Elena.

De esta manera, la mujer se unió a la gran cantidad de ciclistas que son atropellados en el país, algunos con saldo fatal. Este año, cinco ciclistas han muerto atropellados, la misma cantidad que el año pasado.

El conductor de la guagua se detuvo en la escena y fue procesado judicialmente. Lo sentenciaron a un año en probatoria, recordó la atleta.

De ese momento del choque, Luz Elena recordó el dolor y el desespero que atravesó. “Traté de levantarme rápido, pero no pude. Mi mano no la podía mover y pensé: ‘OK, tengo la mano fracturada’. Y entonces traté de mover la pierna (izquierda) y tampoco podía… La gente me estaba preguntando que si me sentía bien, yo respondía con la cabeza. Estaba entrando en un dolor muy fuerte y pensé que me iba a desplomar”, recordó.

Logró pedir que llamaran a su entonces esposo. “Tenía tanto dolor que no aguantaba, cuando vi que él llegó, ahí me fui. Cuando abrí los ojos ya estaba en el Caribbean (hospital de Fajardo), trataban de sacarme placas, pero la fractura era tan grande que no me podían hacer la placa bien y tenía tanto dolor que volvieron a sedarme… cuando me levanté nuevamente me estaban cosiendo la nariz, y me dijeron que me llevarían a Centro Médico. Y no supe nada más hasta el otro día”, relató la medallista centroamericana.

En el hospital determinaron que Luz Elena sufrió múltiples lesiones: se le fracturó la mandíbula, se le desprendió parte de la nariz, se le abrió el labio inferior, fractura en el hueso del radio en el brazo izquierdo, fracturas en la pierna izquierda en el fémur, la fíbula y la unión con la tibia.

Luego vino un terrible presagio. “Después que me operaron me dijeron que no tendría el movimiento completo de mi pierna… que había la posibilidad que no podía volver a montar una bicicleta, volver a  correr, que podría caminar pero que tendría que usar un bastón”, sostuvo la mujer.

Entonces vino un largo proceso de recuperación con cinco operaciones, cuatro meses encamada, tornillos en la lastimada pierna izquierda, perdió masa muscular, usar silla de ruedas, las múltiples terapias…

“La terapista me dice: ‘tu pierna no va a ser igual, no va a tener la misma fuerza de siempre’, cosas negativas que uno no quisiera escuchar, pero eso fue lo que me dio fuerza”, recordó.

Pero Luz Elena decidió meter mano, porque “nunca perdí la esperanza”. Usando sus conocimientos como entrenadora, decidió que las terapias no eran suficiente, y diseñó rutinas adicionales de ejercicio y esfuerzos físicos de cerca de dos horas adicionales a las terapias. Así, poco a poco, con el apoyo de sus seres queridos, parientes y amigos, y con el beneficio de que antes del accidente gozaba de una condición de atleta, la joven pudo avanzar en la recuperación de su cuerpo.

Hasta que, en noviembre de 2012, a casi año y medio del accidente que la llevó a estar meses encamada, con una amiga en el balneario La Monserrate de Luquillo, Luz Elena pudo montarse en la bicicleta y volver a pedalear.

“Fue emocionante poder montar otra vez, poder compartir con mis compañeros donde hubo una pausa, volver a empezar”, contó sobre ese momento de regresar al ciclismo.

En el 2013, la ciclista reconoció que ya podía correr, aunque no como elite, así que se registró como atleta de la categoría Master de forma exitosa. En el 2015 participó en los Panamericanos Master, que se celebraron en Puerto Rico, y fue campeona en distintas categorías.

En septiembre fue una de las ciclistas puertorriqueñas en participar en Panamá de la carrera de cuatro días GiroRPC, que ella describió como una de las más importantes de la región, y llegó en segundo lugar “overall”, y ayudó a su equipo a llegar en primer lugar.

La más reciente competencia de Luz Elena el primer fin de semana de octubre en Ponce, el Lyon Sport Festival, avalado por la Federación de Ciclismo,  donde ganó el primer lugar en su categoría, dama master, y entre las primeras 30 entre todas las participantes.

Su amarga experiencia por el accidente ahora la usa con sus clientes como entrenadora personal.

“La utilizo mucho a ayudar a mis clientes, soy ejemplo para ellos de ver de dónde vengo, de este accidente tan fuerte, es cuestión de tener positivismo para poder desarrollarse en cualquier cosa que uno se proponga, ya sea en deporte, en salud, en la vida diaria, no dejarse caer, usar lo positivo todo el tiempo”, dijo la mujer.