Beni, República Democrática del Congo. Un niño de cinco años que vomitaba sangre se convirtió este miércoles en la primera víctima del brote actual de ébola en Uganda. Otras dos personas dieron positivo por la fiebre hemorrágica en el país, en un episodio que se originó en la vecina República Democrática del Congo, donde ya mató a más de 1,400 personas.

El menor, que formaba parte de una familia congoleña que cruzó a Uganda a principios de semana, falleció durante la noche, explicó la Organización Mundial de la Salud. Se cree que los otros dos casos son de parientes, que habían estado aislados en un hospital cerca de la frontera entre las dos naciones africanas. Uganda tiene ahora tres casos confirmados de la enfermedad.

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Las autoridades trataban de determinar cómo la familia, que estuvo expuesta al virus en República Democrática del Congo, logró cruzar una frontera en la que personal médico lleva meses controlando a millones de viajeros.

Este es el segundo brote de ébola más letal de la historia desde la aparición de los primeros enfermos el pasado agosto.

Una docena de miembros de la familia del menor había mostrado síntomas de ébola y fueron puestos en aislamiento, explicó el Ministerio de Salud congoleño.

Los expertos temen desde hace tiempo que el ébola pueda extenderse a los países vecinos por los ataques rebeldes y la resistencia de las comunidades locales, lo que obstaculiza la respuesta al avance de la enfermedad en el este de Congo, una de las regiones más inestables del mundo. El virus puede expandirse rápidamente al contacto con los fluidos corporales de los infectados y puede llegar a ser letal en más del 90% de los casos.

Los equipos de salud de Uganda “no están en pánico”, afirmó Henry Mwebesa, médico y director del Servicio Nacional de Salud, a The Associated Press el miércoles, citando la experiencia del país en la lucha contra brotes previos y otras fiebres hemorrágicas.

"Tenemos todas las contingencias para contener este caso”, apuntó Mwebesa. "Esto no va a ir más allá" de los parientes del paciente. Dos familiares se sometieron a las pruebas de la enfermedad tras mostrar síntomas y los resultados se esperan para el miércoles.

Es probable que la familia congoleña no cruzase por los puestos fronterizos oficiales, donde trabajadores médicos toman la temperatura a todos los viajeros y aíslan a quienes muestran síntomas de la enfermedad.

La madre del menor, que está casada con un ugandés, “sabe por dónde pasar. No tiene que ir a través de los puestos fronterizos oficiales”, añadió Mwebesa.

Uganda es un país más estable que República Democrática del Congo, y por primera vez cuenta está administrando una vacuna experimental aunque efectiva contra el virus, de la que se han distribuido más de 130.000 dosis. Por el momento, Uganda ha inmunizado a cerca de 4.700 trabajadores médicos.

Pero la enfermedad es especialmente temida en Uganda, donde en los últimos años se han registrados varios episodios. En 2000, un brote infectó a 425 personas en el norte y mató a más de la mitad de ellos.

El anuncio del primer caso transfronteriza aumenta la presión sobre la OMS para que declare que el brote de ébola es una emergencia de salud mundial. Un comité de expertos de la OMS decidió en dos ocasiones que el brote, aunque “profundamente preocupante”, no era todavía una emergencia de ese tipo.