Con la despenalización de la homosexualidad en la India, decidida por una sentencia del Tribunal Supremo, son ya son 124 los estados del mundo en los que los actos homosexuales no están penalizados.

Por contra, hay, al menos, otros 71 países que criminalizan las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo e incluso ser gay o lesbiana puede costar la vida en 8 de ellos.

Según la Asociación Internacional de Lesbianas, Gais, Bisexuales, Transexuales e Intersexuales (LGTBI) la protección y el reconocimiento a los homosexuales está presente en la mayor parte de Europa, el norte y parte del sur de América y Australia, países a los que ahora se suma la India.

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 En cambio, la criminalización a estos colectivos se extiende por buena parte de Europa del Este, Africa -a excepción de Sudáfrica, Seychelles y Cabo Verde-, parte de Centroamérica y América del Sur y el continente asiático.

 En realidad, la mayoría de los países del mundo no tienen una normativa que proteja los derechos de los homosexuales, aunque en los últimos años se han registrado avances significativos.

 Existen, por ejemplo, 72 países que han aprobado leyes para garantizar la no discriminación en entornos de trabajo y 43 que cuentan con leyes contra los delitos de odio.

 Las parejas del mismo sexo pueden contraer matrimonio en 26 estados y un número similar admiten las uniones civiles, sin denominarlas matrimonio, pero prácticamente con los mismos derechos.

 En el otro extremo se sitúa un importante número de países en los que los homosexuales se ven obligados a ocultar su orientación sexual, ven diezmados sus derechos, son encarcelados o, incluso, pueden ser condenados a muerte.

 Según datos de la LGTBI hay 22 estados que tienen leyes que impiden la promoción o expresión pública de realidades sobre relaciones entre personas del mismo sexo; y 25 que impiden o ponen barreras a la creación de organizaciones defensoras de los derechos gais en sus territorios.

 Además, hay, al menos, 71 países -un tercio de los que integran la ONU- que penalizan la actividad sexual entre personas del mismo sexo (en 45 de ellos la ley se aplica tanto a mujeres como a hombres).

 La pena de muerte para las relaciones homosexuales está vigente en ocho estados: Irán, Arabia Saudí, Yemen y Sudán la aplican en todo el territorio; Somalia y Nigeria, en algunas provincias; y la organización terrorista Estado Islámico castiga con la muerte a esas minorías sexuales en los territorios que controla en el norte de Siria y el noroeste de Irak.

 En otros cinco países -Pakistán, Afganistán, Emiratos Árabes Unidos, Catar y Mauritania- la pena de muerte está técnicamente permitida por una interpretación de la ley islámica (Sharia), aunque no se aplica.

 En países como Uganda, Zambia, Tanzania, Barbados o Guyana las relaciones homosexuales se castigan con penas que van desde los 14 años de prisión hasta la cadena perpetua. Y en naciones del norte de Africa como Libia, Argelia o Marruecos, las leyes contemplan penas de entre tres y siete años de prisión.

 Con la expansión del Estado Islámico, además, han proliferado las leyes de moralidad o propaganda, que tienen una base religiosa y existen ya en, al menos, 19 estados.