Trinidad y Tobago, en el corazón del Caribe, ha pasado a ser una insospechada fuente de combatientes y fondos para la organización Estado Islámico, que ha generado un esfuerzo internacional para frenar el flujo de dinero y reclutas a Siria e Irak.

Funcionarios de los aparatos de seguridad y expertos creen que unos 125 combatientes o familiares de ellos han viajado de Trinidad y Tobago a Turquía y de allí a zonas controladas por el EI en los últimos cuatro años, haciendo de esta nación de 1.3 millones de habitantes la principal fuente per cápita de reclutas de EI en el hemisferio occidental.

Estado Islámico ha difundido videos y publicaciones de propaganda que muestran combatientes barbudos con un acento típicamente trinitario, portando fusiles y alentando a sus compatriotas a que se les unan.

Las autoridades trinitarias han lanzado una intensa campaña de vigilancia del movimiento islamista que se registra aquí, el cual existe desde hace tiempo y se mezcla a veces con elementos delictivos. Hace poco propusieron una legislación para combatir el envío de dinero a los combatientes del Estado Islámico en el exterior, fijando castigos para quienes envían fondos a esa organización.

"Siempre ha habido preocupación en torno al dinero que sale de Trinidad y Tobago y que podría estar involucrado en actividades terroristas", afirmó el ministro de seguridad nacional Edmund Dillon. "Hay una minoría en la comunidad musulmana que está empeñada en emprender este tipo de acciones".