La primera nave espacial israelí en viajar a la Luna superó el jueves la prueba más crucial hasta el momento: entrar en órbita lunar una semana antes de descender en la superficie.

Después de recorrer 5.5 millones de kilómetros en torno a la Tierra y acercarse gradualmente a la Luna, la pequeña nave entró en órbita elíptica en torno del satélite. El alunizaje está previsto para el 11 de abril.

"Fue un hito que realmente nos da la oportunidad de llegar a la Luna", dijo Yonatan Winetraub, cofundador de SpaceIL, la empresa israelí sin fines de lucro que fabricó la nave.

La nave espacial _llamada "Bereshit, que en hebreo significa "Génesis" o "En el principio"_ es la más pequeña de la historia que entra en órbita lunar.

Desde el centro de control en Yehud, cerca de Tel Aviv, los ingenieros controlaban la velocidad de la nave. Para alejarse de la Tierra y "atrapar" la atracción gravitacional de la Luna, Bereshit tenía que reducir su velocidad de 8.500 a 7.500 km/h.

Detrás de una ventana, los espectadores contuvieron el aliento cuando las pantallas mostraron que los motores de Bereshit entraban en funcionamiento.

Después de cinco minutos, el módulo alcanzó la velocidad perfecta y los ingenieros prorrumpieron en aplausos, con abrazos y apretones de manos.

"El precio de un error hubiera sido infinito", dijo Pher Doron, gerente de la división espacial de Israel Aerospace Industries, que colaboró con SpaceIL en el proyecto.

En la órbita lunar, Bereshit realizará giros cada vez más estrechos antes de intentar alunizar.

"Existe una buena posibilidad de una caída forzosa", dijo Doron. "Es muy peligroso y es difícil pronosticar el éxito".

Sin embargo, el equipo se sentía optimista después de superar el reto del jueves.