PARÍS. La policía de París desalojó el miércoles a unos 1.,500 migrantes del mayor campamento improvisado de la capital francesa, que se ha convertido en el centro del debate migratorio en Francia.

Los inmigrantes, en su mayoría africanos, fueron evacuados del asentamiento levantado junto a un canal utilizado por corredores y ciclistas en el extremo noreste de la ciudad. Después de ser trasladados en autobuses a gimnasios en la región de París, las excavadoras retiraron las tiendas de campaña de la zona.

Dos migrantes se ahogaron este mes en canales cercanos a los campamentos y otros resultaron heridos en las crecientes tensiones en los sucios y abarrotados asentamientos, lo que presionó a las autoridades para actuar. Pero la evacuación se demoró por las disputas sobre el futuro de sus habitantes.

“Para mí, estar un mes aquí es muy, muy, muy malo. Toda esta gente tienen enfermedades y no tienen comida”, dijo Farouk Ahmed, un migrante sudanés.

El presidente del país, Emmanuel Macron, quiere una respuesta más dura hacia los migrantes que llegan a Francia. Sin embargo, hace dos días inició un proceso para conceder la ciudadanía a un maliense que escaló la fachada de un edificio para salvar a un niño colgado de un balcón en lo que el dirigente calificó de “acto excepcional”. El video de la hazaña de Mamoudou Gassama se hizo viral y le valió el apodo de “Spiderman”.

“Esto es muy bueno para los refugiados (...) Los refugiados están ayudando a la gente”, señaló Ahmed sobre la heroicidad de Gassama, añadiendo que el pueblo francés ve a las personas en sus situación como “malas”.

Los campamentos improvisados están en el centro del debate político entre el ministro del Interior, Gerard Collomb, y la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, sobre el trato que debe darse a los migrantes. La regidora y docenas de asociaciones presionaron para que se les ofrezca alojamiento una vez son expulsados de las carpas, como ocurría en el pasado.

“Esta es una cuestión de dignidad”, dijo Pierre Henry, director de un grupo de ayuda, France Terre D’Asile. “Los campamentos callejeros no deberían existir en nuestro país”.

En los últimos tres años, la policía expulsó a unos 28,000 migrantes de distintos asentamientos levantados en la capital, pero el flujo migratorio no cesa.