Más de 1, 000 personas podrían haber muerto en Mozambique cuatro días después de que un ciclón azotara al país, sumergiendo aldeas enteras y dejando cuerpos flotando en las inundaciones, dijo el presidente Filipe Nyusi el lunes.

“Es un desastre real de enormes proporciones”, señaló el mandatario.

El ciclón Idai podría ser la tormenta más letal en azotar la empobrecida nación de 30 millones de habitantes en el sureste africano en varias décadas.

La tormenta impactó el jueves Beira, una ciudad costera en el Océano Índico con medio millón de habitantes, y posteriormente ingresó a tierra hacia Zimbabue y Malawi, con potentes vientos y fuertes lluvias. Pero tomó varios días calcular la magnitud del desastre en Mozambique, un país con una deficiente red de comunicación y transporte, así como una burocracia corrupta e ineficiente.

En declaraciones a Radio Mozambique, Nyusi dijo que aunque la cifra oficial de víctimas permanece en 84, “parece que se pueden registrar más de 1.000 muertes”.

Las autoridades de emergencia advirtieron que, aunque prevén que el número de decesos aumente de manera significativa, no hay forma de saber si se llegará a la cifra estimada por el presidente.

La tormenta causó la muerte a más de 215 personas en los tres países, incluyendo a más de 80 en Chimanimani, una región del este de Zimbabue, según cifras oficiales. Cientos de personas permanecen desaparecidas y más de 1.000 viviendas quedaron destruidas tan sólo en el este de Zimbabue.

Agencias de las Naciones Unidas y de la Cruz Roja enviaron en helicópteros alimentos y medicamentos de emergencia a los países afectados.

El Monte Chiluvo, en la región central de Mozambique, resultó sumamente afectado por las inundaciones. Un residente dijo que escuchó un fuerte ruido, como una explosión, y repentinamente vio un río de fango dirigiéndose a su residencia.

“Estaba dentro con mis hijos, pero cuando nos asomamos vimos el fango viniendo hacia las casas y salimos huyendo”, dijo Francisco Carlitos a la agencia noticiosa portuguesa Lusa. La familia perdió su vivienda y todas sus posesiones, pero logró llegar a salvo a un terreno más elevado.

El presidente del país, quien recortó una visita a la vecina Suazilandia durante el fin de semana a causa del desastre, habló después de sobrevolar en helicóptero Beira y otras dos provincias rurales, en las que se reportó una devastación generalizada.

“Los ríos Pungue y Buzi se desbordaron, provocando la desaparición de aldeas enteras, aislando comunidades y dejando cuerpos flotando”, dijo Nyusi.