Bangkok. Las autoridades de Tailandia elevaron este domingo a 689 los contagios acumulados de COVID-19 relacionados con un brote en un mercado de marisco con un gran número de trabajadores inmigrantes cerca de Bangkok.

Este brote, el mayor registrado en el país desde el inicio de la pandemia, comenzó en un mercado en la provincia de Samut Sakhon, colindante con Bangkok, a raíz del anuncio el pasado jueves de que una vendedora de 67 años había dado positivo de COVID-19.

En una conferencia de prensa, el portavoz del centro de control de COVID-19, Taweesilp Visanuyothin, indicó que se realizarán 10,300 pruebas del coronavirus en Samut Sakhon y otras provincias cercanas entre hoy y el próximo miércoles.

Las autoridades han acordonado el mercado y los dormitorios de los trabajadores y han aplicado medidas de restricción en la provincia, como el cierre de gimnasios y colegios, al tiempo que no se permitirán clientes en los restaurantes aunque sí la comida a domicilio.

El colectivo de inmigrantes ha sido víctima de brotes del coronavirus en varios países de la región, incluidos Malasia y Singapur.

Hasta ahora, Tailandia había mantenido bajo control la epidemia y todavía los números son relativamente bajos, con unos 4,900 contagios acumulados, incluidos 60 muertos.

Tailandia mantiene controles muy estrictos en las fronteras, pero dentro del país no hay apenas restricciones, excepto el uso obligatorio de la mascarilla en lugares públicos, donde en ocasiones también se aplican medidas de distanciamiento físico.

En los últimos meses, las autoridades han anunciado un relajamiento de los requisitos de entrada en el país para reanimar el sector turístico, que representa entre el 12 y el 20 por ciento de la economía tailandesa.

Todos los viajeros que llegan a Tailandia tienen en cualquier caso que cumplir una cuarentena vigilada de 14 días en un hotel u hospital.

Según el Banco de Tailandia, la economía podría caer este año hasta un 8,1 por ciento debido al parón económico causado por la pandemia.