KASTANIES, Grecia. El ministro turco del Interior, Süleyman Soylu, ha afirmado este domingo que más de 76,000 refugiados salieron de Turquía y entraron a Grecia en las últimas horas, desde que Ankara declaró abiertas las fronteras con la UE.

“A día de hoy a las 09:55 horas, el número de migrantes que salieron de nuestro país desde Edirne es de 76,358”, escribió Soylu en un mensaje en su cuenta de Twitter.

Las televisiones turcas muestran desde esta madrugada cómo grupos de refugiados se dirigen en autobuses hacia Edirne, la provincia fronteriza de Turquía con Grecia y Bulgaria, evidentemente animados por los anuncios del Gobierno turco de que nadie les impedirá cruzar la frontera.

La cifra de 76,000 contrasta mucho con las manejadas por Grecia y observadores independientes, como la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), que ha estimado en “al menos 13,000” el número de migrantes que acampaban anoche en diversas zonas fronterizas de Turquía.

"Miles de migrantes, incluidas familias con niños pequeños, están pasando una fría noche a lo largo de la frontera entre Turquía y Grecia", indicó la OIM en un comunicado.

Los mensajes públicos de Ankara con cifras evidentemente abultadas de las personas que supuestamente habrían abandonado territorio turco, parecen tener el objetivo de impulsar el flujo migratorio hacia la Unión Europea (UE).

El diario turco BirGun informó hoy de las observaciones de su corresponsal, que se paseaba por el distrito de Zeytinburnu de Estambul con un refugiado afgano, Seyfuddin Mohammedi, según el cual él y otros son abordados con frecuencia por taxistas y conductores de autobús que les ofrecen trasladarlos a Edirne.

Los migrantes y refugiados que viven en diversas provincias de Turquía comparten en las redes sociales el tuit del ministro turco y otras "noticias" similares, y abandonan su lugar para ir a Estambul, desde donde tratan de llegar a Edirne.

Según la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), en Grecia hay actualmente unos 115,000 refugiados y solicitantes de asilo, de los que unos 74,000 se encuentran en territorio continental.

El tuit de Soylu supondría que en una sola noche habría cruzado la frontera prácticamente la misma cantidad de refugiados que ha quedado en Grecia en cinco años de flujos de solicitantes de asilo.

Según el viceministro de Defensa griego, Alkibiadis Stefanís, durante la noche se evitaron unos 9.600 intentos de entrada ilegal.

La tensión se ha disparado en la zona tras la muerte hace dos días de más de una treintena de soldados turcos en Siria en un ataque del Ejército sirio.

La decisión turca de abrir sus fronteras con Europa coincide con una escalada militar en el noroeste de Siria que ha producido crecientes enfrentamientos directos entre fuerzas turcas y sirias.

En Siria, el gobierno dijo que cerraría su espacio aéreo a cualquier avión o dron en el noroeste del país y advirtió que cualquier aeronave en su espacio aéreo sería considerada hostil y derribada.

En los últimos dos días, ataques turcos de dron en la provincia de Idlib causaron grandes pérdidas entre las fuerzas del gobierno sirio, según activistas sirios. Los incidentes agravaron la tensión entre Turquía y Rusia, que respaldan a bandos opuestos en la guerra civil siria.

En declaraciones desde un cuartel militar cerca de la frontera con Siria, el ministro turco de Defensa, Hulusi Akar, dijo que Ankara quería plantar cara a fuerzas sirias, en lugar de a tropas rusas, y pidió a Moscú que convenciera al presidente de Siria, Bashar Assad, que se retirase a las líneas del alto el fuego de 2018 al borde de Idlib,

Turquía ha “neutralizado”, términos que usan para muertes, heridos o detenidos, más de 2,200 militares sirios, 103 tanques y ocho helicópteros, añadió. Es la cuarta operación militar turca en Siria desde 2016.

Los combates también han provocado una catástrofe humanitaria y la mayor oleada de desplazados en los nueves años de guerra.

Ankara teme verse ante una creciente presión internacional para abrir su frontera ahora cerrada con Siria y ofrecer refugio a civiles sirios desesperados. En Turquía ya hay 3.6 millones de refugiados sirios.

Con su decisión de abrir la frontera con Europa, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, cumplía una vieja amenaza de permitir la entrada de refugiados en el continente. El anuncio rompía de forma drástica con su política actual y parecía un intento de presionar a Europa para que prestara más apoyo a Turquía con los efectos de la guerra siria.

Las autoridades griegas utilizaron gas lacrimógeno y granadas aturdidoras el sábado para repeler varios intentos de una multitud de más de 4,000 personas por cruzar la frontera en el paso de Kastanies, y persiguió a grupos que cortaban agujeros en una cerca fronteriza para cruzar a Grecia.

El director de comunicaciones de Erdogan, Fahrettin Altun, afirmó que 80,888 personas habían salido de Turquía “en los últimos días” y pidió a Europa que compartiera la carga de atender a los refugiados. No había pruebas que respaldaran sus cifras. Grecia ha cerrado su frontera y varias docenas de personas que lograron cruzar fueron detenidas, según Atenas.

Stavros Zamalides, presidente de la comunidad local griega en Kastanies, dijo que soldados turcos habían ayudado a la gente a cruzar la frontera griega de forma clandestina.

“Soldados turcos con herramientas en las manos estaban cortando el alambre de la cerca para liderar a los migrantes ilegales”, afirmó. “El intento fue frustrado por la intervención de nuestra patrulla, que pasaba por la zona en patrulla en ese momento, y reparó los daños en la cerca”, afirmó.

Ayamuddin Azimi, afgano de 20 años, logró llegar con un compatriota al pueblo fronterizo griego de Nea Vyssa. Turquía abrió sus fronteras para “salvar a los refugiados”, dijo, pero cuando llegaron a la frontera encontraron el lado griego cerrado.

Azimi dijo haber cruzado de forma clandestina. “¿Qué puedo hacer? No podemos hacer nada. Esta es nuestra vida”.

Otros intentaban la breve pero a menudo peligrosa travesía por mar desde la costa turca a las islas griegas. Al menos tres pateras con inmigrantes llegaron el domingo por la mañana a la isla griega de Lesbos.

Casi 950,000 civiles desplazados han avanzado hacia la frontera entre Siria y Turquía en pleno clima invernal.