El gobierno de Brasil reportó el martes el deceso número 700.000 por COVID-19 en el país sudamericano, el cual tiene la segunda mayor cantidad de muertes a causa del coronavirus sólo después de Estados Unidos.

Expertos de salud de Brasil aseguran que la mayoría de las personas que han muerto por COVID-19 en los últimos días no están vacunadas o sufren de otros padecimientos debilitantes.

“La vacuna que se encuentra disponible actualmente en todas las unidades de atención médica en Brasil pudo haber cambiado la vida de las familias que perdieron a seres queridos en esta pandemia”, dijo el Ministerio de Salud del país.

La ministra de salud, Nisia Trindade, criticó al expresidente Jair Bolsonaro por la forma en que manejó la pandemia. Bolsonaro, quien enfermó de COVID, se negó posteriormente a vacunarse contra el coronavirus e incumplió las restricciones de salud.

“Tenemos que ver hacia el pasado, pero al mismo tiempo tenemos que decir que el ministerio de salud no puede cometer el error de no coordinar, no cuidar, no atender (la enfermedad). Tenemos que estar unidos para que no vuelvan a suceder nuevas tragedias”, dijo Trindade.

Miguel Lago, director ejecutivo del Instituto de Estudios de Políticas Sanitarias de Brasil, el cual asesora a funcionarios públicos de salud, dijo que la cifra es un recordatorio de la obligación que tiene el país de sancionar a quienes no tomaron medidas en contra del virus o sabotearon a quienes lo intentaron.

“Había una responsabilidad directa de los agentes públicos, que pudieron haber respondido a esto de mucho mejor manera”, le dijo Lago a The Associated Press.