Chile comenzó el lunes a aplicar las cuarta dosis contra el COVID-19 a la mayor parte de la población mientras registra la mayor tasa de contagios con unos 35,000 casos diarios.

El propio presidente Sebastián Piñera aprovechó el día en que la vacunación se abrió para todas las personas mayores de 55 años para recibir su cuarta dosis. El proceso había comenzado el 10 de enero y estaba dirigido especialmente a personas inmunodeprimidas y personal de salud.

“La aplicación de una nueva dosis de refuerzo se justifica porque se ha comprobado que la efectividad de los esquemas primarios de vacunación disminuyen en el tiempo, tanto para la protección contra el COVID-19 como para las formas más graves de la enfermedad”, afirmó la presidencia en un comunicado al justificar la aplicación de esta cuarta dosis de la vacuna.

“Esperamos que esta ola de ómicron, que está en sus niveles más altos en Chile, pronto, muy pronto, empiece a caer y nos permita recuperar mejor nuestras vidas, nuestros proyectos de vida y nuestros sueños”, declaró el presidente Piñera tras ser vacunado.

Chile registra la tasa más alta de contagios de toda la pandemia, con cifras que han alcanzado los 37,468 casos en un día, muy por encima de los 9,000 que como máximo se habían reportado hasta ahora.

En Chile se ha vacunado completamente al 92.83% de la población susceptible de ser vacunada, que incluye a niños a partir de los 3 años, según datos oficiales. El país cuenta con una de las tasas de vacunación más altas de América Latina y entre las más altas en el mundo.

Más de 2.3 millones de chilenos se han contagiado desde el inicio de la pandemia y casi 40,000 han fallecido.