Beijing. Las autoridades de salud de China informaron el sábado de dos muertes por COVID-19, los primeros decesos que registra el país desde enero de 2021 en un momento en que lucha contra una oleada de Ómicron.

Las muertes, ambas en la provincia nororiental de Jilin, elevan el número de fallecidos por coronavirus en el país a 4,638.

Las dos víctimas eran pacientes de avanzada edad que fallecieron por problemas derivados de sus condiciones médicas previas, explicó Jiao Yahui, funcionario de la Comisión Nacional de Salud, en una conferencia de prensa el sábado. Uno de ellos no estaba vacunado contra el COVID-19, agregó.

La mayoría de las 2,157 nuevas infecciones por transmisión comunitaria reportadas el sábado se registraron en Jilin. La provincia ha instituido restricciones de viaje y se necesita un permiso de la policía para cruzar las fronteras.

En el conjunto del país, desde principios de marzo se han confirmado más de 29,000 positivos.

China ha continuado aplicando una eficaz pero onerosa estrategia de “cero COVID” desde el brote inicial en Wuhan. La política se centra en la realización de pruebas diagnósticas a gran escala y en estrictos confinamientos que prohíben salir de casa hasta que todos los casos nuevos estén en cuarentena o sean localizados mediante el rastreo de contactos.

En la práctica, se ha conseguido que el país tenga relativamente pocas infecciones ya que los brotes se frenan apenas son descubiertos. La estrategia ha recibido apoyo popular e impidió las enormes cifras de muertes registradas en otros países, muchos de los cuales han comenzado a retirar sus medidas de distanciamiento social.

Mientras China enfrenta su peor brote desde finales de 2019, las autoridades se han comprometido a redoblar su estrategia de cero tolerancia para contener el repunte actual. Sin embargo, su presidente, Xi Jinping, reconoció por primera vez el jueves las dificultades que han entrañado las medidas y señaló que el país debe buscar “el máximo efecto” con “el mínimo costo” para controlar el virus.

Hong Kong, que enfrenta su peor brote desde el inicio de la pandemia, confirmó el sábado 16,583 nuevos contagios. La ciudad superó en la víspera el millón de infecciones y acumula más decesos que la China continental.

Los casos de COVID-19 en la parte continental se contabilizan de forma independiente de los de la región semiautónoma de Hong Kong.