El Gobierno de Costa Rica reabrió hoy el Parque Nacional Volcán Poás tras 16 meses de cierre debido a un periodo de erupción que obligó a las autoridades a implementar nuevas medidas de seguridad en el sitio.

"Esta ruta que se trazó ha permitido volver a abrir el parque con un modelo de gestión que nos proyecta internacionalmente como un país innovador en la seguridad de sus turistas", declaró el presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado en un acto de reapertura del lugar.

Según el Gobierno, Costa Rica es el primer país en Centroamérica en contar con un sistema de gestión de riesgo en un parque nacional de origen volcánico, que ofrecerá al público una serie de medidas de protección.

Entre estas medidas se encuentran la apertura de cinco refugios, la compra de medidores de gases en tiempo real, cascos y mascarillas; así como rotulación de seguridad y capacitaciones a guardaparques, guías turísticos y vecinos de las comunidades aledañas.

El parque además contará con una nueva logística de acceso que regulará la visitación y consiste en un tiempo limitado en el cráter e ingreso controlado de grupos de 50 personas.

Los esfuerzos para la reapertura del parque son liderados por el Sistema Nacional de Áreas de Conservación, el Instituto Costarricense de Turismo, la Comisión Nacional de Emergencias, las organizaciones no gubernamentales Fundecor y Asociación Costa Rica por Siempre, así como organizaciones comunales.

"Nuestra principal misión es velar por la protección de las personas que trabajan y visitan el volcán Poás. Ante los eventos ocurridos hace más de un año, se coordinó en un nuevo paradigma de gestión de prevención del riesgo volcánico, lo que nos llevó a trabajar por el cumplimiento de medidas se seguridad", dijo el presidente de la Comisión Nacional de Emergencias, Alexander Solís.

Antes de su cierre, el volcán Poás era visitado anualmente por 400.000 turistas, quienes eran atraídos por su laguna de agua turquesa y su gigantesco cráter, que se ubica a 350 metros de profundidad.

Los turistas aprovechaban su paseo al volcán para realizar otras actividades en las comunidades cercanas, las cuales dependen mayoritariamente del turismo y que se han visto seriamente afectadas por el cierre.

El periodo de erupciones freáticas y de ceniza del Póas en 2017, que se extendió por algunas semanas, no causó heridos pero sí alertó a las autoridades sobre la necesidad de implementar más medidas de protección para los visitantes antes de reabrir el parque nacional.

El turismo es uno de los principales motores de la economía costarricense, país de 4.7 millones de habitantes, que alberga a cerca del 5 por ciento de la biodiversidad del planeta, y que cada año recibe a unos 3 millones de turistas.