Diputados panameños que visitaron dos centros de recepción de migrantes que cruzan la jungla del Darién en su tránsito a Norteamérica denunciaron el jueves supuestos casos de abuso sexual contra mujeres y niñas, así como robos y fallecimientos en ese flujo irregular que vive su mayor apogeo.

Los legisladores que atienden temas de la mujer y la niñez dijeron que recibieron numerosos testimonios en ese sentido, lo que llevó a crear una subcomisión que investigará los presuntos hechos. Los migrantes que hacen esa peligrosa travesía han formulado esas mismas denuncias desde hace tiempo, pero esta es la primera vez que llama la atención del Órgano Legislativo panameño.

Organismos internacionales como UNICEF, Médicos sin fronteras y de derechos humanos también han alertado sobre esa situación, que afecta mayormente a migrantes haitianos, según las denuncias.

Colombia y Panamá enfrentan la ola migratoria irregular más grande en más de una década por su porosa frontera común. Casi 70,000 extranjeros, procedentes principalmente de Haití, han cruzado a pie en lo que va del año el Tapón del Darién en ruta hacia el norte del continente. Muchos son familias enteras con hijos pequeños. Esta migración también incluye actualmente en menor proporción a cubanos, africanos y asiáticos.