Quito. Una caja de madera tras otra aguarda en fila y eventualmente podrían llegar a las familias más pobres de Ecuador en medio de la pandemia del nuevo coronavirus.

La gobernación de la provincia de Pichincha, cuya capital es Quito, elaboraba el miércoles ataúdes sencillos para donarlos a los más necesitados en previsión de las eventuales víctimas que pueda desatar la pandemia del COVID-19.

La prefecta (gobernadora) de Pichincha, Paola Pabón, en un mensaje difundido en Twitter dijo que “no podemos permitir que los sectores más empobrecidos de nuestra provincia no despidan a sus seres queridos con dignidad, nuestra tarea también es prever eso”.

Añadió que la meta es “prevenir contagios, prevenir la muerte, pero también pensar que frente a esta pandemia que está azotando al mundo ... y dar un paso más adelante”.

En caso de que esos féretros no se usen en su totalidad en Pichincha, serán donados a otras provincias y ciudades como Guayaquil, esta última duramente golpeada por la pandemia.

La meta es elaborar 320 ataúdes, 80 de los cuales están listos, y comprar otros 150 a artesanos de la provincia, para reactivar en algo la economía popular.

En Tabacundo, 45 kilómetros al norte de Quito, una docena de trabajadores unen las tablas, pintan las cajas, en cuya tapa se puede ver el rostro de Cristo y una cruz, bajo los cuales hay una leyenda que dice “descansa en paz”.

La pandemia causó cientos de muertos debido a problemas burocráticos. Por días, no podían ser retirados de sus casas u hospitales en la ciudad de Guayaquil, donde incluso se envolvía los cuerpos con plástico y se los enterraba en cajas de cartón donadas por el municipio de esa ciudad portuaria.

Esta enfermedad ha causado 7,858 contagiados, y la muerte a 388 personas. De otros 582 se sospecha que murieron por la misma causa, aunque no se tiene certeza porque no se tomaron las pruebas a tiempo.