Bangkok. El llamado gobierno civil birmano, formado por cargos electos depuestos por la junta milita golpista, llamó a una “revolución” para restaurar la democracia y autorizó la defensa propia de los ciudadanos contra la represión sangrienta de las fuerzas del orden, que este domingo mataron al menos a otras seis personas en distintas protestas.

“Para formar una democracia federal, con todos los hermanos de las etnias que han sufrido toda clase de opresiones de la dictadura durante décadas, esta revolución es una oportunidad para juntar nuestros esfuerzos”, dijo anoche en un discurso de seis minutos por Facebook Mahn Win Khaing Than, líder en funciones del gobierno civil tras la detención de Aung San Suu Kyi el día del golpe de Estado el 1 de febrero.

Than, que junto a otros miembros de la Liga Nacional para la Democracia (LND) permanece oculto, afirmó en su primer discurso al país que la nación vive su “momento más oscuro, pero el amanecer está cerca”.

“Este es el momento para que todos nuestros ciudadanos pongan a prueba su resistencia contra los momentos oscuros”, declaró.

Than fue nombrado vicepresidente del Comité de Representantes de la Asamblea de la Unión (CRPH), que agrupa a parte de los parlamentarios electos en los comicios del pasado noviembre y que no pudieron asumir formalmente sus escaños por la sublevación militar.

El CRPH, que trata de obtener el reconocimiento internacional como gobierno legítimo de Birmania, ya había revalidado los cargos del presidente, Win Myint, y la Consejera de Estado, Suu Kyi, ambos bajo custodia de los militares, por lo que Than actúa de líder en funciones.

Horas después de que Than prometiera en su discurso que el gobierno civil trataría de otorgar a la población el derecho legal a defenderse de la violencia policial, el CRPH publicó un comunicado en el que declaró “organización terrorista” a la junta militar en el poder y reconoció el derecho de los ciudadanos a actuar en defensa propia o de otros para preservar su derecho a la vida.

Además, el CRPH anunció esta semana que ha contratado a la firma legal Volterra Fietta para llevar ante la justicia internacional a la junta militar, sin especificar ante qué corte quiere presentar las denuncias.

Continúa la represión

Las noticias de muertes violentas a diario en todo el país -más de 80 ya desde que se produjo el golpe de Estado, según la Asociación para la Asistencia de Presos Políticos (AAPP) en Birmania- no desanima a los manifestantes, que volvieron a llenar este domingo las calles de ciudades de todo el país en una jornada de huelga general.

La represión de las fuerzas de seguridad causó al menos seis muertes, según la prensa local, con Rangún, la ciudad más poblada, como centro de los altercados más graves.

En la antigua capital, tres personas perdieron la vida en el distrito de Hlaing Tharyar por los disparos con munición real de las fuerzas de seguridad, que hirieron a un número indeterminado de manifestantes.

El medio Mytikyina News informó de la muerte de una cuarta persona, un hombre de 30 años por un disparo en el pecho durante una manifestación en la ciudad de Hpakant, al oeste del país, mientras que otro manifestante falleció por otro diparo en Bago, cerca de Rangún.

El portal Khit Thit media indicó que otro civil murió y cuatro personas más resultaron heridas en Shwe Pyi Thar, al sur del país, cerca de la frontera con Tailandia.

Además de causar más de 80 muertes, las autoridades bajo el mando de la junta militar han arrestado a 2,134 personas, de las cuales 1,815 siguen bajo custodia.

Hasta el momento, la junta militar liderada por Min Aung Hlaing ha hecho oídos sordos a las condenas de la violencia de la comunidad internacional, incluido el Consejo de Seguridad de la ONU, y las sanciones que han aprobado algunos países como Estados Unidos, Canadá, Reino Unido o Corea del Sur, que esta semana anunció que suspenderá sus exportaciones de armas a Birmania.

Los uniformados justifican el golpe por un supuesto fraude electoral en los comicios del pasado noviembre, en los que arrasó la Liga Nacional para la Democracia, el partido de Suu Ky,i y que fueron calificados de legítimos por los observadores internacionales.