La Guardia Revolucionaria Iraní ha lanzado un segundo satélite al espacio, según dijo el martes la agencia estatal de noticias IRNA, justo cuando las potencias internacionales esperaban la decisión de Teherán en las negociaciones sobre el maltrecho acuerdo nuclear del país.

El reporte no dio detalles sobre el lugar o el momento del lanzamiento, anunciado después de que el principal diplomático iraní en las conversaciones viajara de vuelta a su país el lunes por la noche en un viaje repentino, un indicio de la creciente presión sobre Teherán conforme las negociaciones parecen llegar a su fin.

El cuerpo paramilitar del país alcanzó el Noor 2 en una órbita baja en torno a la Tierra impulsado por un Ghassed, indicó la agencia, que describió el Ghassed como un artefacto de combustible mixto para lanzar satélites.

Noor significa “luz” en Farsi. La Guardia lanzó su primer satélite Noor en 2020, cuando reveló al mundo que tenía su propio programa espacial.

IRNA describió el viaje de Ali Bagheri Kam como “parte de las consultas habituales durante las negociaciones”. Sin embargo, el principal negociador de la Unión Europea pareció sugerir que el éxito de las conversaciones dependía ahora de la república islámica.

“Ya no hay más ‘conversaciones en nivel de expertos’. Tampoco ‘reuniones formales’”, tuiteó Enrique Mora, en respuesta a comentarios de un analista iraní. “En los próximos días es hora de decisiones políticas para poner fin a las conversaciones de Viena. Lo demás es ruido”.

Los comentarios de Mora estaban en línea con los de los negociadores británico y francés en las conversaciones de Viena, que buscan una forma de reincorporar a Estados Unidos de nuevo en el acuerdo que abandonó de forma unilateral en 2018, durante el mandato del expresidente Donald Trump. También pretenden que Irán vuelva a aceptar medidas que restringieron de forma drástica su programa nuclear a cambio del levantamiento de sanciones económicas.

También parecían responder a la constante postura iraní en las últimas semanas, que intentaba atribuir cualquier demora en el proceso a Estados Unidos. Los delegados estadounidenses no han estado presentes en la sala desde que Trump abandonó el acuerdo. El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, dijo creer que “estamos muy cerca” de alcanzar un acuerdo, aunque había “un par de cuestiones pendientes muy complicadas”.