El primer ministro de Israel, Naftali Bennett, rechazó la reapertura de la principal misión diplomática estadounidense para los palestinos en Jerusalén, y señaló que no hay espacio para una oficina de esa clase en la ciudad disputada.

El gobierno de Donald Trump cerró el consulado estadounidense en Jerusalén, una oficina que durante años funcionó en la práctica como una embajada ante los palestinos. El secretario de Estado, Antony Blinken, ha prometido reabrirla, una decisión que Israel interpretaría como un desafío a su soberanía sobre la ciudad. La reapertura podría ayudar a reparar los lazos estadounidenses con los palestinos fracturados como Trump.

Cuando se le preguntó sobre el consulado en una conferencia, Bennett reiteró el sábado por la tarde la posición israelí sobre Jerusalén.

“No hay espacio para otro consulado estadounidense en Jerusalén”, dijo. “Jerusalén es la capital de un estado y es el estado de Israel”. El ministro israelí de Exteriores, Yair Lapid, sugirió que en su lugar podría abrirse el consulado en el centro administrativo palestino en Ramala, Cisjordania. Los palestinos rechazarían esa idea porque socavaría sus reclamaciones sobre Jerusalén.

Israel ve a Jerusalén como su capital eterna e indivisible. Los palestinos reclaman la parte oriental de la ciudad, ocupada por Israel en 1967 y más tarde anexionada, como capital del estado que quieren formar.

El consulado se ha convertido en otra prueba entre el gobierno de Bennett y el de Biden, que ha regresado a una política exterior más tradicional hacia Israel y los palestinos después de que la Casa Blanca de Trump se alineara en gran parte con Israel en cuestiones relacionadas con el conflicto.

El expresidente Trump redujo las operaciones del consulado y las colocó bajo el mando de su embajador en Israel cuando trasladó la embajada estadounidense de Tel Aviva a la ciudad sagrada en 2018. Ese traslado indignó a los palestinos y les llevó a cortar la mayoría de los lazos formales con el gobierno de Trump.

Blinken no ha dado una fecha cerrada para la reapertura, y funcionarios estadounidenses han implicado que la resistencia israelí podría paralizar el plan.

Por su parte, el funcionario palestino Wassel abu Yussef dijo que el rechazo de Bennett refuerza la “política de ocupación” y plantea un desafío al gobierno de Biden para cumplir su promesa.