Buffy Bailey es una enfermera británica de 48 años aficionada a la singular práctica de buscar objetos con un detector de metales. Así fue como, mientras caminaba con su marido por un terreno de cultivo en el norte de Inglaterra, encontró una miniatura de oro moldeada a modo de una Biblia abierta. Según los expertos, el hallazgo tiene unos 600 años de antigüedad y su valor ronda los $130,000.

“Cavé cinco pulgadas (doce centímetros) y estaba ahí. Todavía no sabía que era algo especial”, señaló Bailey, según consigna el sitio estadounidense de arte My Modern Met.

La miniatura, que fue hallada en un lugar próximo a la ciudad de York, condado de Yorkshire, tiene poco más de un centímetro de largo. Pero, a pesar de su pequeñez, presenta unos asombrosos grabados con detalles de un hombre y una mujer que, según se cree, serían las imágenes de San Leonardo y Santa Margarita, los santos patronos del parto.

La pieza posee, además, en su parte superior, un pequeño orificio, algo que sugiere que el objeto podría utilizarse como un colgante o cuenta de un collar. Está hecho de oro de 22 o 24 quilates y pesa alrededor de 0.2 onzas (poco más de 5 gramos). “Era tan pesado y brillante... simple y absolutamente hermoso”, lo definió Bailey, que trabaja como enfermera para el Servicio Nacional de Salud Británico (NHS).

Ricardo III, monarca de Inglaterra entre 1483 y 1485, inmortalizado (no de la mejor manera) en el drama de William Shakespeare, tenía parte de sus dominios en el lugar en el que fue hallada la diminuta pieza de oro. Los historiadores creen, por ello, que la Biblia de oro puede haber sido un objeto que le pertenecía a él o a alguno de los parientes o allegados del monarca, que fue el último rey de la Casa de York.

Por el nivel de detalle del objeto, los especialistas lo relacionan con otra delicada manufactura encontrada en la zona, conocida como Middleham Jewel, que se encuentra actualmente en el Museo de Yorkshire. Los expertos suponen que las dos piezas fueron realizadas por el mismo artista, cuyo nombre se desconoce, en el siglo XV.

El Museo de Yorkshire, en tanto, evalúa el descubrimiento de la señora Bailey, pero los analistas de este tipo de joyas consideran que la pieza debe valer, como mínimo, unos $130,000.