Ciudadanos rusos, bielorrusos y ucranianos hicieron circular una petición para expulsar de Suiza a Alina Kabaeva, gimnasta olímpica de 38 años y presunta amante del líder ruso Vladimir Putin, de Suiza. Dicha solicitud cosechó, desde su lanzamiento hace dos semanas atrás, alrededor de 64,000 firmas.

El llamamiento describe a Kabaeva como la “esposa favorita del delirante dictador y criminal de guerra Putin” y urge a que dicha mujer deje con inmediatez el país montañoso. Es también calificada como “una cómplice del régimen autoritario del Kremlin”. “Que se reúna con su Führer en territorio ruso”, sentenciaron.

“Nosotros, los ciudadanos de Rusia, Bielorrusia y Ucrania, que actualmente sufre un inmenso sufrimiento, nos unimos para apelar a las autoridades suizas”, inicia la petición, publicada en alemán, francés e inglés. “La figura política y mediática rusa, y ex atleta, Alina Kabaeva, se está ocultando acá”, denunciaron.

Esto último refiere a que la presunta madre de al menos cuatro hijos no reconocidos por el líder del Kremlin se habría instalado país europeo principios del mes de marzo. Estaría resguardada en un chalet privado a la vez que Putin emprende la ofensiva contra el territorio liderado por Volodomir Zelensky.

La petición continua: “Ella es la esposa favorita del dictador delirante y criminal de guerra que ha estado atacando a traición a Ucrania durante las últimas semanas. Está escondiendo las consecuencias de este salvaje ataque. No podemos albergar a alguien que se encuentra de acuerdo con destruir la vida de millones”.

Incluso, aseveran que la permanencia en Suiza de la gimnasta es “una violación a la neutralidad” del país que “no ha sido vista desde que se le hizo frente a la Alemania Nazi”. A pesar de la fuerte injerencia que obtuvo la solicitud, no hay información que valide que Kabaeva resida fehacientemente allí.

Ante aquella incertidumbre, los ciudadanos agrupados por la petición instan a las autoridades suizas a investigar “muy detenidamente la base legal sobre la que está presente en su país y que comprueben la limpieza de los fondos utilizados para la compra de bienes inmuebles en Suiza, de los que esta persona utiliza”.

La relación entre la gimnasta rusa y el líder del Kremlin

Los primeros rumores existentes sobre la relación romántica que Putin y Kabaeva empezaron a circular a partir de 2008. En ese entonces, la gimnasta se desempeñada bajo el rol de diputada en el Congreso del Pueblo de Rusia. A partir de su relacionamiento con el presidente, la atleta dejó de aparecer en los medios.

Cinco años después, Putin hizo una sugestiva declaración que dejó entrever la real posibilidad de un amorío. Tras separarse de su esposa y exazafata de Aeroflot, Lyudmila, dijo: “Tengo una vida privada en la que no permito interferencias. Debo ser respetado. No voy a permitir que metan sus narices mocosas”.

Sorpresivamente, en el mismo año, la gimnasta que ganó el oro en los Juegos Olímpicos del verano de 2000 admitió con orgullo haber conocido a un hombre sobre el cual sintetizó: “Lo quiero mucho a él. A veces me siento tan feliz a su lado que incluso me corre algo de miedo por el cuerpo”.

A lo largo de los años, fueron varias las ocasiones en las que ambos fueron fotografiados juntos. Según las investigaciones hechas por el opositor Alexei Navalny, varios oligarcas rusos hasta destinaron obsequios, dinero y otro tipo de activos en nombre del presidente para la familia de la atleta.

Ya entre 2020 y 2021, Kabaeva pocas veces fue vista transitando las calles de Moscú, su lugar de residencia. En la mayoría de las ocasiones, se encontraba rodeada de guardias armados con ametralladoras y que la seguían en todo momento, hasta para sentarse a tomar una simple taza de café.

La más reciente de sus apariciones públicas ocurrió en diciembre de 2021, cuando formó parte del torneo de gimnasia rítmica “Divine Grace” (“Gracia divina”).

En la última semana se pronunció en torno a las sanciones impuestas por el Comité Olímpico Internacional (COI) a Rusia. Luego de que el organismo anunciara que el equipo ruso no iba a participar en los Juegos Paraolímpicos de Beijing, la gimnasta comentó: “No se preocuparon y no sacaron de la competencia a ningún país que participó en la destrucción de cientos de miles de civiles en Yugoslavia, Irak, Libia y Siria. Pero sí se enojaron con Rusia”.