Los meteorólogos advirtieron el jueves que el norte de Europa sufriría en los próximos días una serie de tormentas tras el paso de los vientos que derribaron árboles y tendidos eléctricos y causaron retrasos generalizados en el tráfico ferroviario y aéreo. Al menos tres personas han fallecido.

Se interrumpieron los servicios de trenes en Escocia y partes de Inglaterra cuando los vientos de la tormenta Dudley —nombrada así por el Servicio Meteorológico Británico— derribaron árboles y postes eléctricos.

En Holanda los trenes sufrieron demoras debido a la caída de árboles sobre las vías. El aeropuerto Schiphol de Ámsterdam advirtió que los vientos demorarían la salida de vuelos.

En Alemania, un conductor de 37 años murió después de que un árbol cayó sobre su automóvil cerca de Bad Bevensen, al sur de Hamburgo, informaron los bomberos.

La empresa ferroviaria estatal alemana Deutsche Bahn, suspendió los trayectos de larga distancia en siete regiones del norte a primera hora del jueves. La aerolínea nacional, Lufthansa, y otras cancelaron varios vuelos por el paso de la tormenta Ylenia.

El vocero de Deutsche Bahn, Achim Stauss, dijo que las vías y tendidos eléctricos sufrieron daños “considerables”, y añadió que “los viajeros deberán soportar trastornos por mucho tiempo”.

El estado norteño de Renania del Norte-Westfalia, el más poblado del país, cerró las escuelas como medida de precaución, y otros dieron a sus alumnos la opción de quedarse en casa.

En Baviera, la caída de árboles sobre el tendido eléctrico dejó a más de 10,000 personas sin servicio.

Según los meteorólogos, la tormenta dejó rachas de viento de hasta 135 km/h (84 mph) en zonas bajas.

Se espera que el clima ciclónico en el Atlántico norte provoque más tormentas en Europa en los próximos días.

La agencia meteorológica alemana, DWD, prevé que la tormenta Zeynep azote el país el viernes.

Los expertos señalaron que los avances en el pronóstico del tiempo y las defensas contra tormentas han ayudado a prevenir desastres graves como las inundaciones que azotaron Hamburgo hace exactamente 60 años y que causaron la muerte de más de 300 personas.

Aún así, las autoridades de la vecina Dinamarca advirtieron sobre niveles elevados de agua en la costa del Mar del Norte. A los grandes barcos se les prohibió navegar en las aguas bajas del río Elba que conecta el puerto de Hamburgo con el mar.

En República Checa, miles de personas se quedaron temporalmente sin luz por la caída de árboles sobre las líneas eléctricas. Miles de hogares también quedaron sin energía en Gran Bretaña y Alemania.

En Cracovia, Polonia, los fuertes vientos provocaron el derrumbe de una grúa de construcción, matando a dos personas.