Pekín. En al menos nueve lugares de China se han detectado en los últimos 40 días trazas de coronavirus en paquetes de mariscos, pescados o pollos congelados, la mayoría de ellos procedentes de Latinoamérica, lo que ha desatado las alarmas en el gigante asiático en torno a estos alimentos y su consumo.

Los expertos aseguran que el coronavirus puede sobrevivir hasta tres meses a muy bajas temperaturas y, aunque no hay hasta el momento evidencias de transmisión alimentaria, estas noticias preocupan mucho en un país que importa congelados de 105 naciones en el planeta.

Para alimentar a sus más de 1,400 millones de habitantes, China -que solo tiene un 12.6% de superficie cultivable- necesita importar comida, gran parte de ella llegada congelada desde países lejanos y cada vez más de Latinoamérica, en lo que respecta a carnes, mariscos o productos avícolas.

Casi todas las trazas del virus detectadas en congelados en las últimas seis semanas lo han sido en los embalajes, no en el producto, lo que ha llevado a China a reforzar los controles e imponer estrictos protocolos de manipulación y procesamiento de las importaciones.