Sídney. El calentamiento global, las frecuentes sequías y una vegetación seca propensa a arder pone a Australia en primera línea de sufrir incendios catastróficos, como los de este año, y contra los cuales científicos desarrollan un pequeño satélite para tratar de predecir los fuegos.

La misión espacial de la Universidad Nacional Australiana (ANU, siglas en inglés), ayudará a diseñar con mayor eficiencia las estrategias contra los incendios en Australia dado que también permitirá determinar qué incendios serán difíciles de contener, indicó esta institución en un comunicado.

Para ello desarrollarán un minisatélite con el cual predecir dónde se originan los incendios forestales a través de la medición de la carga combustible y niveles de humedad de los bosques del país, compuesto principalmente de eucaliptos, lo cuales son altamente inflamables.

"Es la primera vez que se desarrolla una misión específicamente diseñada para proporcionar información sobre la condición del combustible, lo que es importante para generar indicadores de riesgo y para saber por donde se van a propagar los incendios", dijo a Efe la española Marta Yebra, una de las responsables del proyecto.

Australia sufrió entre el pasado septiembre y febrero una de las peores y más largas temporadas de incendios forestales de las últimas décadas, que se saldaron con 33 muertos, casi 3,000 casas calcinadas, más de mil millones de animales fallecidos y 1.800 kilómetros cuadrados de terrenos quemados.

Según los expertos, con el calentamiento global, Australia, será más propensa a eventos meteorológicos más fuertes y extremos, como son los incendios forestales.

El Instituto para el Espacio (InSpace) de la ANU ha otorgado una financiación de un millón AUD (661.200 USD o 591.590 EUR) para construir los sistemas ópticos que detecten los cambios que se den en el terreno a través de aparatos de detección infrarrojas, de acuerdo a un comunicado de este universidad.

Los sofisticados sensores de este satélite medirán las longitudes de onda en la vegetación que se producen cuando reflejan la energía solar.

"Estos sensores están diseñados específicamente para medir la diferencia de la receptividad de las plantas, que están relacionadas con el contenido de humedad y otros componentes químicos, como la celulosa", recalcó la científica.

Yebra también explicó que los satélites actuales no están diseñados para dar información detallada y específica de la carga combustible de los bosques dado que, por ejemplo, la resolución espacial que proporciona es de 500 por 500 metros.

Mientras que el nuevo satélite busca que esta resolución espacial, como la que se logra con los telescopios astronómicos, sea de 10 por 10 metros para poder así captar con mayor precisión los gradientes de humedad, precisó la académica madrileña.

Yebra y su colega Rob Sharp, han trabajado desde hace dos años en este minisatélite, que tiene el tamaño de una caja de zapatos, y esperan lograr la financiación necesaria para poder lanzar el primer aparato en 2022 y en un lustro poder contar con una red que cubra todo el territorio nacional en tiempo real.