El proceso para la identificación formal de los restos de la enfermera Jeanette Mojica Rivera, de 34 años, en el Negociado de Ciencias Forenses (NCF) ya se completó, lo que acelera la posibilidad de que se proceda con la radicación de acusaciones o faltas contra su hijo de 16 años, quien confesó que la apuñaló y dónde dispuso de su cadáver. 

La fiscal Yanira Colón se reunió hoy, martes, en el Negociado de Ciencias Forenses con la patóloga Irma Rivera Diez y con un experto en serología forense para conocer los datos disponibles sobre el examen externo del cuerpo y del análisis de la escena del crimen para corroborar el contenido de los testimonios y la versión ofrecida por el menor.

La serología y la hematología forense son de gran aportación a la investigación ya que se estudian los patrones de sangre y las manchas de la escena de un crimen que les pueden permitir determinar la sucesión de los hechos criminales tales como el punto de origen, la distancia entre el punto de impacto, la dirección, velocidad, la cantidad de golpes, la posición de la víctima al momento del ataque, entre otros movimientos.

También, pueden determinar si en la escena o el cadáver había otros tipos de fluidos o tejidos orgánicos y permite analizar los residuos de piel en las uñas, entre otros aspectos.

La causa de muerte aún no ha sido certificada debido al estado de descomposición en el que estaba el cadáver que requiere que la patóloga realice pruebas más avanzadas.

El lunes, los investigadores del NCF completaron el análisis de la guagua de su progenitora marca Hyundai Tucson, blanca, con la tablilla HQR-549 con el que presuntamente transportó el cuerpo de la mujer para disponer de él.

Los hallazgos del análisis de la guagua que fue abandonada en el centro comercial The Outlet Mall 66 en Canóvanas, no fueron revelados.

El miércoles pasado, el adolescente llevó a los investigadores de la División de Homicidios de Carolina hasta el lugar donde se encontraba el cuerpo amortajado de Mojica Rivera en un pastizal en el kilómetro 7.6 de la carretera PR-185 en sector La Vega del barrio Campo Rico en Canóvanas a una media milla de distancia de su hogar.

El menor confesó que la asesinó a su progenitora en su residencia de seis puñaladas luego de sostener un altercado durante el cual la empujó cayendo al piso.

La discusión, que no era la primera, surgió mientras ella le reclamaba por su conducta, el supuesto consumo de marihuana, por las amistades con las que se había asociado y su relación con una mujer adulta.

La jueza Vanessa Sánchez, del Tribunal de Fajardo, junto a la procuradora Carla Pacheco suspendieron para mañana, miércoles, la vista adjudicativa que estaba pautada para llevarse a cabo ayer.

La investigación fue de los agentes Nolasco Pizarro, Johana Calderón y el sargento Orlando Torres, adscritos a la División de Homicidios de Carolina.

El adolescente y su madre habían sido reportado como desaparecidos por sus familiares el 11 de junio, luego de que estuviesen intentando comunicarse por medio de su teléfono celular con ella desde el 27 de mayo. Sin embargo, no fue hasta el 18 de junio que la División de Personas Desaparecidas lo informó y refirió al CIC.