El subsecretario del Departamento de Corrección y Rehabilitación, Irvine Otero Narváez, reveló que no descartó ningún ángulo tras la muerte del confinado Luis E. Sostre Piccininni, vinculado con el crimen de un guardia correccional en la institución de máxima seguridad del Complejo Correccional Las Cucharas en Ponce, el 31 de julio.

En esta etapa de la pesquisa evalúan si se trató de una sobredosis de sustancias controladas, un suicidio ni tampoco un asesinato, puntualizó el funcionario.

“Estamos investigando todos los ángulos. De la investigación preliminar, hasta el momento, tenemos indicios que fue por una aparente sobredosis”, reiteró el funcionario en entrevista telefónica.

Según la investigación preliminar, a eso de las 7:06 a.m. un oficial correccional que repartía el desayuno lo encontró inconsciente con aparentes síntomas de sobredosis en su celda en la institución Guayama 1000 donde estaba solo en segregación administrativa y de inmediato lo transportaron al área médica donde fue reanimado en dos ocasiones.

Sostre Piccininni, de 26 años, natural de Vega Baja, fue declarado muerto a las 8:05 a.m. por el Dr. Edwin Negrón Vera.

Otero Narváez, indicó que en esta etapa de la pesquisa no descartan que la muerte se relacione con la sobredosis anterior, ocurrida durante la tarde del lunes a consecuencia de la ingesta de una heroína de contrabando que se presume recibió el día que golpeó al oficial correccional durante una visita.

Al confinado se le ocuparon 19.8 gramos de heroína las cuales expulsó de su organismo, la cual se presume recibió antes de su traslado al penal el día en el que le propinó una golpiza durante un registro al oficial correccional Pedro Joel Rodríguez Mateo, de 44 años, en un cubículo del área de visitas causándole la muerte.

“Se le había ocupado un objeto extraño luego de un episodio previo de sobredosis por la droga que parece que se le había filtrado luego de que se rompiera la envoltura con los jugos gástricos. No descartamos que exista otra sustancia o sea de la previa y ahora nuevamente presentó estos signos”, expresó Otero Narváez en entrevista telefónica.

Hoy, jueves, el confinado estaba citado a la Sala de Investigaciones de Ponce para la radicación de cargos criminales por la posesión de la droga.

Las acusaciones por el crimen del oficial de corrección no se le habían radicado porque el Ministerio Público estaba esperando por información pericial y los resultados de la autopsia.

El confinado cumplía una sentencia de 72 años por participar en una masacre ocurrida el 20 de febrero del 2011, en Vega Baja.