San Germán. Entre lágrimas y muchas preguntas, Pablo Rivera busca en su mente una posible explicación al crimen que ocurrió la noche del martes en el barrio Caín Alto, y que en unos segundos cobró la vida de su hija, su nieta y el primer biznieto que estaba por venir al mundo.

Rosaura Rivera Vázquez, de 39 años, y su hija, Leneyshka Tirado Rivera, de tan solo 19 años y quien estaba embarazada de cuatro meses, fueron asesinadas en circunstancias que aún están bajo investigación.

Según la Policía, las víctimas planificaban el ‘baby shower’ del bebé cuando recibieron una llamada y salieron del lugar en un auto Toyota Corolla. Al llegar a la intersección de la carretera PR-396 con la PR-361, conocido como Camino Los Saavedra, fueron interceptadas y tiroteadas. Al parecer, las víctimas intentaron salir del auto, pero fueron ultimadas en la carretera.

“No sé las razones. Estamos todos ajenos. Ella (Rosaura) era una muchacha buena, no tenía problemas con nadie”, dijo lloroso Rivera.

Según narró, Rosaura trabajaba en un restaurante de comida rápida en San Germán.

Cuando su otro hijo menor, de nueve años, llegó a su casa después de pasar el día con su abuelo, se encontró a su mamá y su hermana listas para salir.

“Le dijeron al nene que habían recibido una llamada y que tenían que ir a un sitio, pero nunca le dijeron a donde”, contó el apesadumbrado padre y abuelo.

El menor aún no sabe que su madre y su hermana fueron asesinadas.

Rivera dijo desconocer quién es el padre del niño que llevaba en su vientre su nieta y tampoco tiene una posible teoría de qué pudo haber pasado, pero sí descartó que su hija tuviera alguna relación con personas vinculadas a las drogas o algún otra práctica ilícita.

“Eso te lo puedo asegurar, que jamás, jamás, jamás ella haría algo así”, enfatizó.

Rivera apenas podía contener las lágrimas al pensar en su hija y su nieta, y en los planes que ambas tenían para recibir al infante.

“Hace dos días, mi nieta (Leneyshka) me dijo ‘‘Papaíto’, arregla el balcón que voy a hacer el ‘baby shower’ acá’ y me dijo que había visto un canastillo para el bebé en una tienda. Yo le dije ‘no te apures, mama, que eso no te va a faltar. Yo te lo compro…’”, apenas terminó de decir Rivera antes de estallar nuevamente en llanto.

“Es triste. Tiene que haber justicia. Hay que buscar al que lo hizo porque no se puede quedar así. No sé por qué las personas le hacen esto. No había razón... Por ahí hay bandidos y no les pasa nada y sin embargo, lo hacen con personas decentes”, se lamentó.

Mientras, los vecinos se mostraron sorprendidos con la noticia y describieron a las víctimas como personas amables y tranquilas.

“Eran buenas personas. Siempre se veían personas bien tranquilitas. Nunca se vieron personas extrañas en su casa ni nada”, sostuvo Nancy Cintrón, vecina del lugar.

“Esto es un área bien tranquila y estamos todos sorprendidos con lo que pasó y más con esa muchacha, que yo jamás me lo hubiera imaginado”, agregó.

Por lo pronto, la Policía aún se encuentra en plena investigación y todavía no tienen una posible causa para el doble asesinato.

“Estamos en el proceso de hacer entrevistas y recopilar evidencia. Al momento, no estamos manejando alguna posible teoría”, sostuvo el sargento Joel Ayala, supervisor de la División de Homicidios en el área de Mayagüez.

Sin embargo, la familia de las víctimas aún espera una comunicación de las autoridades.

“La policía no ha venido aquí. No nos han dicho nada. Nos enteramos porque la otra hija mía salió con el yerno y le dio con pasar por allí, cuando se encontraron con la situación”, destacó Rivera, quien hizo un llamado para que le ayuden a encontrar al o los responsables de la muerte de sus dos seres queridos.

“Si alguien vio o sabe algo, por favor, que hable. No mataron a tres animales, son tres seres humanos”, sentenció.