Tras una breve, pero aniquiladora declaración de una de las mujeres que lo acusa de agresión sexual, entre otros cargos, el exalcalde de Guaynabo Héctor O'Neill renunció al derecho de una vista preliminar que se llevaba en su contra en el Tribunal de Bayamón.

 ¿Qué sigue para el político? Un juicio que deberá enfrentar a partir del 28 de junio y que lo expone-de ser hallado culpable- a un mínimo de 25 años en prisión, pena que extinguiría cargando encima 98 años de edad.

El proceso de vista preliminar contra O'Neill, próximo a cumplir 73 años, se llevó a cabo en la sala de la jueza Sariely Rosado, quien ayer escuchó atenta el testimonio de la policía municipal Yenetamine Díaz, una de dos mujeres que lo denunciaron de haber cometido actos de violencia doméstica con modalidad de maltrato y agresión sexual, exposiciones deshonestas, acoso sexual y violaciones a la Ley de Ética.

Díaz testificó sin la presencia de la prensa y el público en sala. Los periodistas sólo pudieron escuchar, en un salón contiguo a la sala de la jueza, la declaración de la mujer que estuvo acompañada de una empleada de la Oficina de la Procuradora de la Mujer. 

La alegada perjudicada relató a preguntas del fiscal especial independiente, Guillermo Garau, que comenzó a trabajar en el Municipio de Guaynabo en 2008 como cadete y que conoció a O'Neill en el 2009 cuando ya era agente de la policía municipal. 

Para finales de ese mismo año, dijo, conoció al político tras un encuentro casual en el que le solicitó ayuda para que su hija (actualmente de 12 años) ingresara a una escuelita Head Start. 

A partir de entonces, según la testigo, hubo un intercambio de llamadas y peticiones de salidas para almorzar por parte de O'Neill y fue así que surgió una relación sentimental entre ambos. En esa fecha ella tenía 20 años y él 64.

 A preguntas del fiscal, la presunta víctima dijo que sabía que el exalcalde penepé era casado y que accedió a tener una relación con él por miedo.

 “Accedí porque tenía miedo de perder mi trabajo... por la insistencia que tenía conmigo... y como él es un hombre tan poderoso pues yo le tenía terror”, respondió llorando y con la voz temblorosa.

 Narró que el vínculo sentimental duró hasta octubre de 2014 “cuando tomé la decisión de terminar la relación que llevaba con él”.

 En cambio, expresó, que los problemas comenzaron mucho antes cuando supuestamente O'Neill comenzó a agredirla y a abusarla sexualmente.

 “Al año de la relación, se tornó violenta... me golpeaba y me obligaba a tener relaciones (sexuales), aunque yo no quisiera”, manifestó con la voz quebrantada.

En ese momento, el fiscal -quien lleva el caso junto a Leticia Pabón- le preguntó a la testigo si necesitaba oportunidad para recomponerse y ésta respondió en la afirmativa. 

Entonces, la jueza aprovechó para dar un receso de dos horas y media, periodo en el que los abogados de O'Neill -Harry Padilla y Melanie Carrillo- aprovecharían para revisar unos 40 documentos que les fueron entregados por el Ministerio Público a fin de ser estipulados como evidencia.

 Pero, el break de almuerzo pasó, la vista preliminar se reanudó y lo inesperado sucedió en sala cuando el exalcalde anunció que renunciaba a su derecho de tener una vista preliminar.

 “¿Alguien lo coaccionó... lo está haciendo libre y voluntariamente?”, le cuestionó la jueza a O'Neill. “Inteligentemente”, respondió el exfuncionario que rechazó hacer comentarios al salir del Tribunal. Lo acompañaban varios de sus hijos.

 Mientras, el licenciado Padilla negó que la insospechada acción de su cliente fuera consecuente de la tajante narración de la presunta víctima.

 “No, no... los cinco minutos que declaró fue información que nosotros ya teníamos... yo sabía que eso venía. En sala no pasó nada que ya yo no hubiera tenido presente”, dijo el abogado.

Agregó que la renuncia a la vista preliminar se da tras la entrega de documentos de la defensa- los que incluían expedientes personales de la testigo y declaraciones juradas-, los que a su entender pudieran dar pie a unos “planteamientos estrictamente jurídicos en derecho”. 

De otra parte, los fiscales no se sorprendieron con el giro que dio el proceso.

“La prueba que tenemos es bien sólida y se está transmitiendo (públicamente la vista preliminar)... es contundente”, dijo Pabón.

En cuanto a una posible negociación con la defensa, Garau dijo que es algo que puede proceder, pero que al momento no ha habido acercamientos a esos fines por parte de los abogados.

 “Ya como abogado viejo que estoy, para mí que todo caso se puede transigir, pero yo estoy en la de verlo hasta las últimas consecuencias”, manifestó para, posteriormente agregar que “huelo que va a levantar las manos (declararse culpable”.

La otra presunta víctima, una exempleada de Manejo de Emergencias Municipal en Guaynabo y quien actualmente vive en Estados Unidos, estaba supuesta a iniciar su interrogatorio el lunes próximo.

Los hechos de este caso se remontan a inicio de 2017 cuando trascendió que una policía municipal había presentado una querella administrativa contra O'Neill por hostigamiento sexual. Posteriormente, la denuncia se retiró pues la querellante llegó a un acuerdo transaccional con el político por $300,000.

Casi simultáneamente, se supo que otra empleada del municipio, también señaló al alcalde de presuntos actos lascivos. 

Ante el panorama, el Departamento de Justicia inició una investigación que culminó con un referido al Panel del Fiscal Especial Independiente. 

Tras el escándalo. O'Neill renunció a la posición que ocupaba desde el 1993. 

Fue para diciembre del pasado año que el juez Rafael Parés encontró causa para arresto contra O'Neill, quien está libre bajo fianza y con un grillete electrónico mientras culmina el proceso judicial.