Nieves Olivo recibió un impacto de bala en la cabeza en su residencia localizada en la urbanización Colinas de Cibuco en Corozal. 

Su expareja, un camionero identificado como José O. Pérez Feliciano, de 49 años, confesó a las autoridades que le disparó durante una discusión el sábado por la noche.

"Iraida fue una mujer humilde, trabajadora e imperfecta como todos nosotros, pero acreedora de las bienaventuranzas que estableció Jesús y que son el pasaporte al Paraíso", escribió el amigo de la víctima en una extensa y conmovedora carta que compartió en Facebook.

"La comunidad corozaleña y todo Puerto Rico repudia el vil asesinato. El mismo ocurre al finalizar la Semana de la Mujer, en que se ha estado reclamando la igualdad de derechos de la mujer con respecto al hombre y repudiando la violencia y maltrato de éstas", lee parte del escrito.

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Nieves Olivo, de 53 años, es la tercera víctima de violencia de género en lo que va de año.

A continuación, lee la carta en su totalidad:

EL ASESINATO DE IRAIDA Y LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER

El pasado sábado 9 de marzo de 2019 ocurrió en Corozal el vil asesinato de Iradia Nieves Ocasio. Su cuerpo fue encontrado , en su hogar de la Urbanización Colinas de Cibuco, el domingo 10 de marzo. Su compañero sentimental, José Osvaldo Pérez Feliciano se presentó al Cuartel de la Policía y confesó el crimen. No obstante no firmó la declaración por recomendación de su representación legal. 

La comunidad corozaleña y todo Puerto Rico repudia el vil asesinato. El mismo ocurre al finalizar la Semana de la Mujer, en que se ha estado reclamando la igualdad de derechos de la mujer con respecto al hombre y repudiando la violencia y maltrato de éstas.

Conocía a Iraida desde hace mucho tiempo, era nuestra amiga y nos prestò sus servicios de estilista. Teníamos en común una estrecha amistad con la familia Zayas ( Rigoberto y Carmen) quienes eran dueños del negocio Fried Chicken que establecieron en Corozal. Su amistad con esta familia fué muy grande y compartimos en muchas actividades con ellos, hasta la muerte de Carmen, a la que le despedí el duelo en el Cementerio del Sector El Tuque de Ponce.

Iraida era una mujer muy bonita, buena persona, trabajadora, estilista y que recientemente inauguró su salón de belleza en la entrada de la Urb. Loma Linda de Corozal.

Este cruel asesinato nos vuelve a reiterar el grave problema de violencia contra la mujer en Puerto Rico.Iraida no es la primera ni será la última víctima de esta violencia insensata contra la mujer en Puerto Rico.

Somos el producto de una sociedad que pasó de una etapa rural y agraria a una industrial y consumista, donde se han trastocado principios y valores fundamentales de profundas raíces cristianas. La violencia contra la mujer está íntimamente relacionada con la concepción equivocada que se impuso en nuestra sociedad sobre el rol de las mujeres. En aquella sociedad rural y agraria la mujer estaba confinada al hogar y era víctima de la violencia machista. Su rol era de ama de casa, procreadora , sumida en la pobreza y con poco acceso a la educación. Posteriormente la mujer fue aprovechando la educación y comienza a destacarse en todos los campos del saber y hacer humano. En el proceso de industrialización se suma a la fuerza obrera y se convierte en una trabajadora asalariada.No obstante los derechos de la mujer no van a la par con los de los hombres. La sociedad industrial exhibe unas características perniciosas como lo son la explotación, el materialismo, el consumismo y la influencia de los medios de comunicación, entre otros. Ese esfuerzo de la mujer le va a llevar a un proceso de liberación de viejas ataduras, prejuicios, estereotipos y roles. Ahora la mujer compite y supera a los hombres aunque le falta un gran trecho para igualarlo en derecho y respeto. En la sociedad capitalista-colonial en que vivimos el hombre sigue dominando, ostentando el poder político y ha tratado de imponer su visión machista de la sociedad. Una visiòn de la mujer como objeto de placer y diversión sexual, imponiéndole la responsabilidad del cuido de los hijos. Es en este contexto en que se ha recrudecido la violencia contra la mujer. Si a esto le sumamos la falta de una educación adecuada y la proliferación de las enfermedades mentales entre la población, entonces estamos ante un grave problema.

No es suficiente una Ley 54 y otras leyes y reglamentos para detener el maltrato contra la mujer. Hace falta reformar esa visión machista, retrógrada y arcaica sobre la mujer , que prevalece en nuestra sociedad y que se viene transmitiendo de generación en generación. Es necesario que la escuela pública y privada incorporen en su currículo, de forma obligatoria, el tema de los derechos civiles, humanos , así como el respeto a la dignidad humana.

El asesinato de una persona es un crimen contra la sociedad y hay que prevenirlo y evitarlo. Para ello hay que ir a las raices del problema, repensar y reorientar la educación. Hay que detener el maltrato y asesinato de seres humanos, especialmente de los más vulnerables como son las mujeres, los niños y personas de edad avanzada.

Son muchas las Iraidas que en estos momentos se encuentran vulnerables y cuyas vidas peligran. Debemos realizar un esfuerzo colectivo para evitar más crímenes de esta naturaleza. Que la muerte de Iraida no sea en vano. Debemos observar, escuchar y actuar ante situaciones que exponen la vida de nuestros compatriotas, particularmente los más vulnerables. A las mujeres que solicitan una ley 45 hay que proveerles de nuevas herramientas para defenderse cuando su vida peligre. Las tres ramas de gobierno que hagan su trabajo y que los ciudadanos responsables aportemos con nuestra conducta y acciones.

Iraida fue una mujer humilde, trabajadora e imperfecta como todos nosotros, pero acreedora de las bienaventuranzas que estableció Jesús y que son el pasaporte al Paraíso. 

Por ella también debemos elevar nuestras oraciones en esta cuaresma. Que descanse en Paz y se haga justicia en su caso.