En medio de las limitaciones de trabajo, especialistas forenses lograron identificar a un mismo agresor sexual en siete casos ocurridos entre 2006 y 2007, al que bautizaron en sus informes internos como “el violador playa”, pero las autoridades no han podido “ponerle rostro”.

Los ataques, ocurridos en Isla Verde y otras playas de Carolina, llegaron a través de querellas al Negociado de Ciencias Forenses (NCF) y los investigadores no han dado con el victimario al que se le radicaron cargos en ausencia a través de “un John Doe Ward” para que los delitos no prescriban.

“Este caso es un agresor sexual que -normalmente en las mañanas o en las tardes- ataca a las víctimas que corren por la playa. Él tiene como una manera de operar y a pesar de que las víctimas han ofrecido bocetos de cómo puede ser ese agresor y la Policía ha hecho los esfuerzos para traernos las muestras de referencia para comparar, las personas que se han identificado, no han sido. No tenemos a quien atribuir todavía ese perfil genético”, dijo la administradora del Banco de Datos de ADN de Puerto Rico, Mariel Candelario.

La funcionaria indicó que en este caso se analizaron los rape kits de siete querellas.

“La persona tiene siete casos identificados desde 2006 a 2007. Desde 2007 no han recibido ningún otro. Es un violador en serie”, sostuvo Candelario al informar hoy a los miembros de la Comisión de Seguridad Pública del Senado sobre el trabajo “de éxito” que realizan los especialistas forenses, dentro de las limitaciones presupuestarias y el poco personal del NCF.

“Nosotros como laboratorio y dentro de las limitaciones que tenemos y en la prioridad que le damos a los casos tenemos situaciones de éxito”, dijo.

Candelario explicó que bajo una legislación del 2010 se le hizo una radicación de cargos al perfil genético del agresor no identificado para que no prescriba el caso.

“El caso está radicado y es lo que se llama un John Doe Ward, que nos permite radicar los cargos a ese perfil genético, detiene los procesos de prescripción del caso y si un día logramos tener un acierto porque necesitamos que esa persona por alguna razón llegue su perfil genético al banco de datos, sea porque lo identifiquen en un caso o porque cometa algún delito que nos llegue una muestra al banco de datos, podamos ponerle cara”, indicó Candelario.

“Nuestro mayor esfuerzo es seguir ayudando a que estas cosas se den. La Policía ha hecho el trabajo. Nos han traído un sin número de sospechosos por las descripciones que dan las víctimas, hemos analizado todo kit que tiene un modus operandi relacionado o parecido al de ese violador en la misma zona. Es decir, que nuestro staff a nivel del NCF y la comunicación con la Policía ha estado. Constantemente estamos con el compromiso y el mayor esfuerzo de poder ayudar a todas estas agresiones, pero están nuestras limitaciones dentro del proceso”, sostuvo la encargada del Banco de ADN de Puerto Rico.

Alegan 181 autopsias en Forenses

En torno al manejo de cadáveres en el NCF, el subcomisionado interino de la agencia, Héctor Figueroa, dijo que con la ayuda de los patólogos de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) hasta este lunes se habían atendido 181 autopsias. “Ellos siguen trabajando hasta la semana que viene”, añadió Figueroa.

En torno a las autopsias que quedan pendiente, el funcionario no pudo proveer datos. Se limitó a decir que “es mucho menor lo que hay”.