La pesadilla continúa para los viequenses.

La semana pasada, sin que les avisaran, los residentes de la isla municipio de Vieques se estremecieron -literalmente- con la quema y explosión a cielo abierto de  municiones que la Marina de Guerra de los Estados Unidos dejó en lo que una vez usaron como campo de tiro.

Se trató de la explosión más cerca de la comunidad que se haya registrado en los pasados 10 años desde la salida del cuerpo castrense de la isla, como parte del proceso de limpieza.

Por eso, los viequenses no descartan volver a hacer desobediencia civil para detener el proceso y exigir que realice de manera más segura. Asimismo, la organización Vidas Viequenses Valen convocó a una manifestación mañana,  a las 5:00 p.m.,  en la entrada de la reunión del Restoration Advisory Board (RAB) de la Marina.

Ismael Guadalupe, maestro retirado y activista, afirmó que la lucha continuará para evitar que se siga contaminando la Isla. 

“Ahora vamos a comenzar a presionar. Algunos planteamos volver a la desobediencia civil, y si tenemos que considerar de nuevo regresar y meternos ahí, lo hacemos. No hay diferencia entre las bombas que tiraban desde los aviones a lo que están haciendo ahora”, denunció a Primera Hora. 

Con la muerte del guardia civil David Sanes, el incremento de la desobediencia civil y el apoyo internacional, la Marina abandonó la isla municipio luego de más de 60 años de práctica, con el compromiso de sacar las municiones acumuladas. 

El proceso está a cargo de la empresa privada identificada como CH2MHILL y, según los viequenses, no es el más adecuado, ni seguro.

Un vídeo en poder de Primera Hora tomado el jueves a eso de las 10:00 a.m. desde la Playa La Chiva muestra la columna de humo elevándose al cielo y cómo el viento la arrastra hacia el lado de la comunidad.

“El representante de la (Envorimental Protection Agency) EPA, Daniel Rodríguez, confirmó que se sintió (la explosión) y los efectos de los humos han sido tan fuertes porque me dijo que se está haciendo mucho más cerca de la comunidad de los acostumbrado. Las fotos lo evidencian... me hablaron personas que estaban en la bahía bioluminiscente, que sacudió y el sonido se escuchó como nunca”, relató, por su parte, Myrna Pagán, miembro de la organización y residente de Vieques.

Pagán dijo que el funcionario de la EPA le informó que se estaban destruyendo unas 300 unidades más cerca de la frontera con la comunidad. 

“Si no fuese porque llamo, no me entero. Nos tienen sin información, destruyen la artillería y no nos permiten prepararnos para protegernos de los efectos nocivos. Los secretos de la Marina son letales”, aseguró.

Guadalupe dijo que la armada estadounidense y la EPA están obligadas a publicar cuándo harán las detonaciones porque hay un elemento de peligrosidad con la gente que entra a la zona a pescar y hacer turismo interno. 

A su juicio, Carmen Guerrero, exsecretaria de Recursos Naturales y Ambientales y ahora a cargo de la EPA en la Isla, sabe de la situación, “pero prefiere mirar para otro lado y no mirar hacia el problema”. 

¿Gobierno desconocía?

El secretario de Estado, Luis Rivera Marín, dijo ayer no estar al tanto de los detalles diarios y específicos sobre la limpieza que se realiza en Vieques. Aseguró que las disposiciones generales establecen que la remoción de municiones debe completarse en 10 años en la parte terrestre, mientras que la limpieza en la parte subacuática puede extenderse durante 15 años. Indicó que los trabajos son posibles gracias a dinero asignado a través de un superfondo de la EPA.

No obstante, el funcionario recordó que la empresa privada que realiza las labores debe regirse por la ley federal, conocida como Comprehensive Enviromental Response Compensation and Liability Act.

“El gobierno de Puerto Ricobajo ningún concepto va a permitir que se ponga en peligro la vida de ningún viequense.  Todo esto se desencadenó cuando una persona de seguridad perdió la vida en un ejercicio militar. Lo más peligroso es que en esas emisiones pueda estar expuesto algún niño  o persona... entendemos que se debe seguir el protocolo de manera segura”, expresó en entrevista separada.

El funcionario se comprometió a comunicarse con el alcalde Víctor Emeric para saber qué está pasando de forma reciente con el proceso y dar más detalles, pero al cierre de esta edición no había devuelto la llamada.

Tampoco fue posible conseguir comunicación con el alcalde, quien no respondió llamadas, ni mensajes de texto.

Junta inoperante

Se supone que cada tres meses, tal y como dispone la ley, se reúna la Junta de Asesoramiento sobre la Limpieza y que se disponga de un  medio de participación con la comunidad.

Pero el grupo de residentes dejó de participar “porque dejamos de creer y lo que nosotros impulsábamos no era bien escuchado”, contó Guadalupe.

El activista recordó que la empresa a cargo de la limpieza tiene los medios para hacer las detonaciones de forma segura sin que se disperse al ambiente el contenido de las municiones.

Los viequenses condenaron que la única razón para no usar las cámaras de contención sea que es más caro.

“La amenaza de la contaminación es real para Vieques y todo Puerto Rico. Si sufrimos los efectos de los polvos del Sahara que viajan miles de millas, cómo podemos ignorar las constantes detonaciones que ocurren a solo metros de distancia”, declaró Pagán.

Turismo en jaque

Aunque no se trata de la prioridad, según Guadalupe, este tipo de detonación tampoco ayuda al desarrollo del turismo en la Isla Nena, que es una de sus principales fuentes de desarrollo económico.

Lo más urgente es que los residentes de toda la vida vuelven a sentir efectos en su salud.

“La mañana de la detonación no podía respirar, mi papá me dijo me daban esos ataques de asma desde que era pequeña cuando la Marina hacia sus maniobras. Por lo general estoy saludable pero estas últimas dos detonaciones las sentí fuerte, no podía parar de toser, hace tiempo no me pasaba”, relató -por su parte- Kiany Connelly.

Laura Olah, organizadora nacional de la Campaña de Cese al Fuego, explicó que por definición, la quema y detonación abierta de municiones causan la liberación descontrolada de carcinógenos y neurotóxicos al medio ambiente.

“Los niños de Puerto Rico merecen un futuro saludable y la mejor tecnología disponible. La Marina tiene la capacidad y la responsabilidad de hacerlo realidad”, reclamó .