Un joven de 19 años fue arrestado esta tarde por vender sustancias ilícitas y formar parte de una organización criminal que opera desde el residencial Arístides Chavier en Ponce.

El joven, cuya identidad no fue revelada y quien no tiene antecedentes penales, vestía un chaleco antibalas al momento de su arresto. Además, vendía drogas cuando fue detenido en el edificio 19 del complejo de apartamentos.

“Es uno de los integrantes, uno de los que velan”, aseguró a Primera Hora el teniente Antonio Hernández.

El pasado viernes, Hernández lideró un operativo en el cual abrieron una puerta de metal que sellaba la única entrada y salida del edificio 37.

Desde el portón, los integrantes completaban transacciones a través de un orificio pequeño, por lo que funcionaba como “un servicarro” para la compra y venta de sustancias ilícitas. Cuando se selló la entrada, los residentes de los seis apartamentos fueron forzosamente expulsados y obligados a abandonar sus pertenencias y lugares de vivienda.

Para mantener sus operaciones clandestinas, los miembros de la organización criminal evitaron, a toda costa, abrir la puerta y optaban por saltar desde los portones para salir del edificio antes de dar acceso a la entrada principal del mismo.

Ante esto, miembros de la Policía, en unión con el Departamento de Corrección, el municipio de Ponce y la Administración para el Control de Drogas, utilizaron una sierra de rescate para intentar romperla y -luego de 30 minutos- lograron acceso al interior del edificio.

“Como ya no tienen la puerta de metal, continúan operando (en otros puntos del residencial)”, comentó el agente al relatar que el arresto fue resultado de la vigilancia que continúa en el lugar.

La organización sigue activa, ya que los miembros, presuntamente, “pretendían montar la puerta otra vez”.

“No lo vamos a permitir”, aseguró al indicar que aún falta arrestar los líderes de la organización, quienes ya están identificados.

El operativo fue resultado del Plan 100x35, en la cual participaron agentes de la División de Drogas de Ponce, Departamento de Corrección, el municipio de Ponce y la Administración para el Control de Drogas (DEA, en inglés) y agentes de la Fuerza de Choque. Por su parte, el Departamento de Vivienda Pública trabajó en coordinación con la Policía para reubicar a los residentes.

“Ese es el fin de nosotros, tratar de llegar a los líderes de la organización y tratar de romper la organización”, afirmó Hernández.