La Administración de Servicios de Salud Mental y contra la Adicción (ASSMCA) alertó sobre los efectos que puede causar el consumo de bebidas alcohólicas como un mecanismo de escape ante el largo período de aislamiento social en el que se encuentra Puerto Rico para disminuir contagios con el coronavirus. La ingesta de bebidas embriagantes puede generar un aumento en la ansiedad y en la depresión.

Aunque la administradora de ASSMCA, Suzanne Roig Fuertes, no pudo establecer si en la isla se ha detectado un aumento en el consumo de alcohol desde que se puso en vigor la cuarentena, hizo un llamado para que en este periodo se evite su uso, tal y como ha recomendado la Organización Mundial de la Salud.

“No podemos afirmar que en Puerto Rico estemos viendo esa ocurrencia, porque no se han reportado incidentes relacionados al consumo de alcohol, pero sabemos que es un riesgo potencial que la gente intente, equivocadamente, liberar su ansiedad o sus estresores a través del consumo de alcohol”, expresó la funcionaria.

Ante la disminución del espacio de desahogo por el aislamiento en el hogar, insistió en que, de ser posible, se debe evitar tener bebidas embriagantes en la residencia, sobre en las de familias marcadas por el abuso del alcohol y prevenir que se convierta en un elemento disociativo.

Otro elemento que podría agravar la situación es si se mezclan estas bebidas con medicamentos controlados o narcóticos, que pueden alterar los cambios en comportamiento.

A su vez, recomendó que se mantengan las bebidas embriagantes fuera del alcance de los menores. Si no es posible, el padre o tutor debe mantener un conteo para intervenir de manera inmediata.

“Muchas veces nuestros jóvenes se esconden para hacer estas cosas. Pudiera ser uno de los riesgos que podríamos estar enfrentando, así que debemos tener mucha observación en los cambios de conductas que puedan tener nuestros jóvenes de manera que podamos identificar no solamente si está consumiendo alcohol, sino si está teniendo dificultades con manejar el aislamiento y toda la carga”, puntualizó Roig Fuertes.

Además, recomendó el ejercicio como método para fortalecer el sistema inmunológico en sustitución del alcohol, que disminuye su potencial.

Las ayudas están disponibles por la vía telefónica, a través de chats y de las redes sociales, a pesar de que los encuentros físicos de los grupos de apoyo están en pausa. También se puede comunicar con Alcohólicos Anónimos.

“Tenemos que recordar que el alcohol, contrario a ponernos alegres, es un depresivo, así que después de ese primer período vamos a entrar a esas etapas depresivas que lleva el consumo de alcohol. Ciertamente, no va a ayuda ni va a aportar de manera real al manejo de las ansiedades o de los estresores que están viviendo”, manifestó.

Diariamente en la Línea PAS (Primera Ayuda Sicosocial) al 1-800-981-0023 se atiende un promedio de 1,700 a 1,800 llamadas, principalmente relacionadas a la situación económica, el temor a contraer la enfermedad, de personas que están en aislamiento en espera de un resultado de la prueba de COVID-19 y de familiares que tienen que atender contagiados.

Roig Fuertes observó que hay una gran cantidad de pacientes de salud mental en tratamiento farmacológico que han tenido que ser reevaluados por el aumento en la ansiedad, el miedo y el aislamiento social.