Una jueza del Tribunal de Mayagüez encontró hoy procesable a Wilson Meléndez Bonilla, el joven de 19 años acusado de quemar a una menor de 13 años, tras denegar la moción al amparo de la Regla 240 -que solicitó la defensa- para que se determinara si poseía la capacidad mental para encarar un proceso judicial.

El pasado 23 de marzo, Meléndez Bonilla confesó llegar hasta la residencia de la víctima en Cabo Rojo, arrojarle gasolina y prenderla en fuego. Los jóvenes sostuvieron una relación sentimental supuestamente consentida por la familia de la menor, pero en el momento de los hechos se encontraban separados.

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Los abogados Carlos Cruz Martínez y Lenny Bonet Nazario reclamaban que el joven no se encontraba en condiciones para encarar los tres cargos por tentativa de asesinato y los cuatro por escalamiento agravado, incendio agravado, agresión sexual en modalidad de violación técnica y una infracción a la Ley de Maltrato de Animales porque un perro también resultó con quemaduras.

Es por esto que habían solicitado que se le entregara al Tribunal las evaluaciones psicológicas a las que fue sometido su cliente cuando fue ingresado al centro correccional Las Cucharas en Ponce.

“Él llegó a Las Cucharas y en día y medio ya estaba en el hospital psiquiátrico. ¿Qué vio el personal de Las Cucharas para enviarlo al hospital psiquiátrico? No lo sabemos, y tampoco nos compete, porque no somos peritos. Según lo que hemos podido apreciar en las entrevistas que le hemos hecho, él no puede cooperar con la investigación. Tiene unas dificultades mentales que son un tropiezo para nosotros hacer nuestra investigación y labor como abogados”, le manifestó Cruz Martínez a Primera Hora el pasado 29 de abril.

Hoy, sin embargo, denegaron hacer comentarios.

La togada Ivelisse Zapata Toro pautó la vista preliminar para el próximo 17 de mayo.

En el incidente, la menor sufrió quemaduras en el 90% de su cuerpo. La madre, Nanette Martínez Camacho, de 34 años, también resultó con heridas provocadas por el fuego en sus manos, brazos y el rosto al intentar ayudar a su hija.

De ser encontrado culpable, Meléndez Bonilla se expone a una pena de hasta 50 años de cárcel.