Dos de los amigos que acompañaban a Julio Ramos Oliver la madrugada del 20 de enero cuando fue ejecutado en las fiestas de la Calle San Sebastián identificaron este miércoles a David Bonilla Fernández como la persona que disparó contra Macho, el apodo de la víctima.

Mientras, la defensa de Bonilla Fernández intentó minar la credibilidad de los testigos resaltando omisiones en sus testimonios como la falta de una descripción precisa del atacante y su desconocimiento de todas las circunstancias que rodearon la muerte de Ramos Oliver.

El juicio por jurado contra Bonilla Fernández, que se celebra en el Tribunal de San Juan, arrancó esta mañana con el testimonio de Yesenia Espinal, la mejor amiga de la sobrina de la víctima.

En un interrogatorio directo dirigido por la fiscal Nadia Pineda Pérez, Espinal declaró que esta madrugada el grupo de amigos caminaba en fila por la calle del Cristo debido a la cantidad de personas que había en las fiestas.

La fila humana paró en algún momento y observó a Macho conversar con unas personas sobre un tema que desconocía. Poco después observó a un muchacho que describió como con "baby face" disparar contra Ramos Oliver, quien cayó sobre los adoquines.

El atacante armado, según Espinal, corrió hacia ella, quien ante la sorpresa lo agarró por el pecho durante unos segundos y luego lo soltó para observarlo abandonar el lugar corriendo.

La testigo, quien en ocasiones se secó las lágrimas, también repasó los hechos mientras observaba el vídeo del incidente que capturó una cámara del Municipio de San Juan.

El licenciado Jorge Gordon Menéndez, por su parte, cuestionó a Espinal sobre la descripción genérica del atacante que ofreció al agente investigador del caso, Andrés Padilla.

La mujer indicó a Padilla que el hombre que disparó contra su amigo tenía unos 17 años y vestía una camisa oscura con rayas. Nunca mencionó el cuello blanco y la franja blanca que cruza las mangas, un detalle distintivo de la vestimenta.

Espinal tampoco pudo precisar al abogado cuánto alcohol consumió la víctima y aceptó que nunca lo vio sacar su navaja, entre otros detalles.

Después ocupó el banco de los testigos César Padua, el amigo que lo acompañaba durante la discusión con otros dos hombres, que formaban parte de un grupo de unas ocho personas.

Padua, a preguntas del fiscal Mario Rivera Géigel, narró que esa madrugada Macho se detuvo a increpar a unas personas luego que recibió un golpe con un vaso.

Indicó que en un momento de la pelea, Macho sacó su "cuchillita" porque se sintió amenazado ante unas expresiones de las personas con quien discutía, pero que nunca usó el arma blanca.

Señaló también que observó al acusado apuntar el arma hacia su amigo y dispararle en tres ocasiones.

El juicio continúa este jueves.