El testigo principal de una presunta agresión por la que se acusa al abogado Jerome Garffer ofreció en la tarde de este jueves su versión de los hechos en la continuación de la vista preliminar en alzada contra el imputado, aunque la defensa hizo su trabajo para buscar sembrar duda sobre su testimonio.

A preguntas de la fiscal Ruth González, el joven Eliecer Franceschini narró que conoció a la presunta víctima, una expareja de Garffer, el 21 de enero pasado en el estacionamiento de un restaurante de Guaynabo, mientras la mujer parecía no encontrar su vehículo.

Agregó que, luego de encontrar el carro, se puso a conversar con ella, y ahí fue que apareció Garffer y comenzó a lanzar insultos.

“Estaba alterado, empezó a decir que yo estaba con ella. Tenía un tono de voz agresivo. Yo le decía, ‘mira cálmate, la acabo de conocer”, describió Franceschini.

Narró que luego salió del vehículo la presunta víctima, y ahí la discusión escaló con insultos de parte y parte, mientras él miraba al restaurante a ver si salía alguien que pudiera ayudar a acabar con lo que ocurría.

“La situación se estaba poniendo fea. Estaban discutiendo fuerte. Se estaban manoteando”, sostuvo.

Agregó que luego hubo un forcejeo y Garffer estaba con su pecho encima de ella. En algún momento, la mujer “lo empuja, se lo saca de encima, lo agarra por la camisa y le rompe la camisa”.

A preguntas de la fiscal, dijo que no vio que la mujer mordiera a Garffer ni que le diera un puño.

Explicó que luego pudo llamar a unas amistades que estaban en el restaurante para que le ayudaran y entonces una muchacha que no conocía llevó a la presunta víctima “atacada en nervios” a su carro, mientras sus amigos trataban de calmar a Garffer.

Fue entonces que notó que el demandado “tenía unos rasguños y la camisa rota”, además de que “en algún momento de la discusión perdió los espejuelos”.

Posteriormente habló con la denunciante, quien estaba en el Guaynabo Medical Center con familiares, y llegó hasta allí porque estaba cerca y quería asegurase que todo estaba bien.

En ese lugar sostuvo una entrevista con un policía municipal sobre los hechos, y luego fue citado para declarar ante el agente investigador y ante en la fiscalía.

Pero en el contrainterrogatorio, el abogado defensor Mario Moczó llevó al testigo a admitir lo que parecían discrepancias en sus declaraciones, confrontándolo varias veces con su declaración jurada y con sus testimonios anteriores.

“Es día, usted no sabe a qué hora llegó, ni a qué hora se fue. Tampoco sabe cuántos palos se dio”, le cuestionó Moczó. “Y dijo que el vehículo de ella estaba en una cuesta, lo dice en su declaración jurada, pero acaba de decir a la jueza que esa área allí es plano, como este salón”.

“¿Y ella, estaba ebria? Usted narró en la vez anterior (la vista preliminar) que la vio aturdida”, continuó cuestionando Moczó.

“Oiga, y usted dice que estaba preocupado, porque Jerome es un señor violento, y usted que es un hombre grande, más grande que Jerome, dice que está preocupado porque era un hombre grande y una mujer chiquita, ¿y usted no intervino?”, interrogó Moczó.

Posteriormente el abogado confrontó a Franceschini con lo que describió como diferentes versiones de los hechos, y como había declarado que “Jerome nunca la toca” y por el contrario la demandante “lo empujó” y le rompió la camisa.

Moczó le mostro las fotos tomadas por la policía luego del incidente, en que Garffer exhibe arañazos y marcas de golpes y le cuestionó si “además de ese empujoncito no vio que lo golpeara en la cara” o “si vio que le diera un puño” en alguna parte del cuerpo.

Luego que el testigo mencionara que sí había visto que golpeara a Garffer, el abogado le increpó “dónde en su declaración jurada menciona el puño... de hecho, en la vista anterior no menciona el puño. Esta es la primera vez que lo menciona. Y forcejeo no es un puño, son dos cosas distintas”.

“¿Y cuantos golpes vio que le diera (Garffer) a ella? Ella estaba gritando, le decía que tenía el pene vira’o. Y todo eso era allí grita’o. Le gritaba a este tipo grande, agresivo. ¿Cuántos golpes vio que le diera a ella?”, cuestionó el abogado. “Ninguno, ¿verdad? No vio nada de eso”.

Moczó aludió también a intercambios de mensajes que tuvieron el testigo y la demandante cuando ya estaba el proceso en marcha, así como a un encuentro que tuvieron en un evento de un club de vehículos, aunque Franceschini sostuvo que eso ocurrió por casualidad, y que había acudido al mismo con una amiga, mientras que la demandante había ido con por su cuenta con un pariente.

La fiscal uso su turno de preguntas para que el testigo pudiera abundar en algunas de las respuestas que dio al abogado, pero Moczó contrarrestó colocando al testigo otra vez en una posición incómoda, agregando que incluso el agente investigador del caso, que había declarado antes, “dijo aquí que usted mintió es sus entrevistas”.

La vista preliminar en alzada continúa mañana, viernes, en la mañana, cuando se espera que se siente a declarar la presunta víctima.

Garffer no estuvo presente en sala, sino observando todo el proceso por sistema de video desde la cárcel de Ponce, donde permanece recluido luego que violara una orden de protección impuesta por el tribunal relacionada con este caso, y le revocaran las condiciones de libertad bajo fianza.