El ciudadano Fabio César Aponte manifestó su consternación debido a la inacción de las autoridades para atender una querella de un caso de aparente violencia conyugal en la urbanización Covadonga, en Toa Baja, durante la madrugada del sábado pasado.

Según su relato a las 12:57 a.m. se despertó de súbito al escuchar ladrar a sus perras y en el pasillo se encontró con su hermano que salió corriendo al percatarse de que una pareja de vecinos discutía en la calle y que el hombre estaba agrediendo a su pareja frente a sus hijos.

Ante esta situación su progenitora llamó al cuartel de Toa Baja, pero no le contestaron. También llamó a la línea confidencial del Negociado de la Policía el 343-2020 y tampoco le contestaron.

Ese día, a eso de la 1:01 a.m. decidió llamar al Sistema de Emergencias 9-1-1 donde la operadora le preguntó cuál era el suceso y por el número de la residencia la cual no tenía porque no los conocía y nunca supo si notificaron al cuartel.

Mientras llamaba, todavía se escucharon golpes en las puertas, por lo que se quedó despierto en la sala en espera de una patrulla durante una hora y 15 minutos, la cual no llegó.

De su lado, el teniente Julio Fuentes, comandante del Precinto de Toa Baja, aseguró que la querella fue atendida a la 1:15 a.m. por el sargento José L. Montalvo quien junto a dos agentes atendieron la llamada recibida a través del 9-1-1 y acudieron a la dirección que ofreció el querellante. Sin embargo, no encontraron la escena.

“Fue al lugar de los hechos, llamó por teléfono (al querellante que no les respondió), recorrieron la calle, pero la persona nunca dijo yo, nunca dijo ni esta boca es mía…se mataron buscándolo y no lo encontraron…se habló con el vecino de la esquina y no dijo que no había problemas en esa calle”, detalló Fuentes.

La patrulla se fue del lugar a pesar de que no se les ofreció la dirección exacta y redactó un informe de “Otro Servicio” porque no encontraron a nadie, insistió el teniente Fuentes, quien dio fe de que el sargento “es bien diligente y va a todas las querellas”.

Aponte expresó que se sintió impotente porque el sistema no funciona cuando se supone que fue creado para proteger las vidas y propiedades de los ciudadanos.

“Es bien alarmante, hoy pudo haber sido esa persona mañana quién sabe si soy yo. En ese momento me sentí de brazos cruzados…yo no sé que pasaba detrás de esa puerta. Yo no tengo arma de fuego, estoy indefenso”, dijo Aponte.

El querellante, dijo que esta es la primera ocasión en que vive una situación como esta al tiempo de cuestionó qué hubiese sucedido si la discusión hubiese culminado en tragedia.

“Vivimos momentos buen malos, la criminalidad está rampante. Dios no lo quiera y suceda, pero la patrulla nunca llegó”, sentenció Aponte, quien publicó en su cuenta de Facebook su mala experiencia la cual provocó la indignación de otras personas que compartieron experiencias similares.

Otras situaciones compartidas en las que la Policía no respondió fue un caso de una persona con un vecino que torna violento cuando consume crack, a pesar de que en dos ocasiones acudió al cuartel no se tomó ninguna acción porque los agentes no completaron el proceso porque no querían perder su tiempo en la corte.

“Aquí sigo esperando a que el vecino crakero mate a alguien para que la policía haga algo”, comentó la ciudadana.

Otra persona dijo que en su urbanización solo acuden para “bochinches” entre los miembros de la junta de directores y no aparecen cuando hay verdaderas emergencias.

Cuando, se le preguntó a la gobernadora Wanda Vázquez sobre estos casos reportados por la ciudadanía ante la presunta inacción del NPPR en atender las llamadas de los ciudadanos, respondió que el panorama que conoce es otro.

“Hay que verificar cada caso en particular, porque la información que nosotros tenemos es otra. Vamos a ir caso a caso”, sostuvo la ejecutiva, tras su participación en la inauguración del hotel Aloft, ubicado en el Distrito del Centro de Convenciones de Miramar.