Corozal. “Él es un niño feliz, contento, le encanta hacer travesuras, es divertido, no se está quieto, es un niño bien abierto, le encanta estar corriendo”.

Quien habla así es Génesis Figueroa, madre del menor de cinco años que presuntamente fue mordido por la maestra Tamalia Rivera, en hechos ocurridos el martes en la escuela Abraham Lincoln de Corozal.

El Departamento de Educación informó que luego del incidente la maestra de Educación Especial fue a la oficina de la principal Sara Padilla y le solicitó que le firmara el formulario para acogerse al Fondo del Seguro del Estado tras presuntamente ser mordida por un niño.

Sin embargo, luego los familiares dijeron a la directora que había sido la maestra quien había mordido al menor, por lo que Padilla notificó  a Jorge Morales, ayudante especial a cargo del distrito escolar de Corozal.

Figueroa dijo que su hijo no le puede decir qué pasó.

“Él no me habla, no me sabe hablar”, sostuvo al confirmar que este tiene un  diagnóstico de autismo.

La joven, quien tiene otra niña de 4 años que también estudia preescolar en el mismo salón, confesó que este “nunca me ha mordido aquí en el hogar ni a ningún otro niño. Esto tomó por sorpresa”.

Mencionó que aún no ha hablado con un psicólogo que atienda a su hijo, pero aseguró que lo que la maestra dijo “es muy falso”.

“Es que ella dice que es recomendado que ella lo mordiera para atrás porque un psicólogo se lo dijo, porque eso al niño le serviría de lección de que no se debía hacer eso”, mencionó.

Figueroa estuvo ayer haciendo “diligencias”, entre ellas, visitar el Distrito escolar de Bayamón.

“Allí estuvimos hablando con unas personas (y se inició) una investigación a la maestra. También (estuve) con el CIC de Vega Baja”, indicó.

Mientras, la abuela de los niños y madre de Figueroa, Luz Nieves, “está encargándose de las gestiones pertinentes para que ellos puedan comenzar en la escuela, mientras conseguimos otra escuelita para ellos”.

¿Los vas a mover?

“Lo más probable”, dijo la madre a Primera Hora.

¿Cómo están ustedes, la familia?

“Estamos todos tranquilos. Él (nene) está bien. Por supuesto, todo nos tomó por sorpresa”.

Alerta en Educación

Magaly Rivera, directora interina de la región educativa de  Bayamón, indicó que la información del caso se la hizo llegar Morales, del distrito de Corozal, en horas de la tarde del martes. 

 Inmediatamente se estableció el protocolo para estos casos donde la Unidad de Atención y Rescate Escolar se activa. Esto incluye la visita al plantel de expertos del Departamento de la Familia y de Educación, incluyendo psicólogos.

La doctora Rivera indicó que fue la abuela la que visitó el distrito, “alarmada por lo que pasó”.

Allí la atendió la  trabajadora social de educación especial, Enid Vázquez González, que la orientó a que lo llevara al médico y sobre otros derechos que le asisten, incluyendo radicar una querella en la Policía.

“A las 7:00 de la mañana (de ayer) ya estaban en la escuela los trabajadores sociales y psicólogos de la región”, sostuvo la funcionaria.

La directora interina dijo que la principal se encargó de que los otros estudiantes del salón de misis Rivera fueran reubicados.

Sin embargo, ninguno fue a clase  porque, según indicó, alegadamente la maestra se encargó de decirle a los padres que no los llevaran.

En cuanto a la educadora, Rivera dijo que “como medida cautelar” esta recibirá una notificación donde se le informará que será removida en lo que la División Legal de Educación investiga.

Ayer estaba citada al distrito de Corozal, pero no llegó tras excusarse.

Hoy fue citada nuevamente a comparecer. 

Rivera sostuvo que hoy los psicológos regresarán al plantel y que en breve conseguirán una educadora para que se haga cargo del grupo. 

“Aquí lo más importante es la seguridad y el bienestar del estudiante”, confesó.

“Ya pedí el puesto (de maestra). Buscamos una persona cualificada y ya la enviamos  a hacerse la prueba de dopaje. Ya los niños están atendidos”, manifestó.

Agregó que “lo que queremos es que esa escuela vuelva a funcionar y que los nenes estén tranquilos”. 

Es bastante común

Según la psicóloga clínica Idalisabel Rodríguez Ginés, morder es un comportamiento bastante común en la infancia, que se puede observar entre la edad de 1 y 3 años.

En el caso de niños con autismo, estos pueden presentar esa conducta más tarde en el desarrollo “como parte de un comportamiento de búsqueda de sensaciones o como expresión de frustración ante sus limitaciones de lenguaje”.

Explicó que “por limitaciones del lenguaje, muchas veces no saben cómo comunicar, se frustran y agreden, y eso es algo bastante esperado en niños con autismo”. 

“Es una de las conductas más difíciles de manejo, según la literatura”, apuntó la doctora especialista en niños y adolescentes con autismo y otros diagnósticos relacionados.

No obstante, un psicólogo puede ayudarlo a eliminar esa conducta mediante un plan de modificación dirigido a disminuir la acción hasta que desaparezca, una vez el menor “aprenda otra forma de comunicar sus necesidades”.

También expresó que para manejar las conductas agresivas, los profesionales y padres necesitan “crecer en tolerancia” para poder intervenir y enseñar la conducta adecuada, es decir, que es lo que sí se puede morder y que es lo que no.