La hija mayor de Hilda Padilla Romero, asesinada a tiros el pasado 30 de septiembre en avenida Los Filtros en Guaynabo, recordó incidentes ocurridos entre su madre y uno de los imputados del crimen, durante la vista preliminar que se realizó hoy en el Tribunal de Bayamón.

En su testimonio, la adolescente de 17 años -que habló a través del sistema de circuito cerrado- contó que su madre tenía confrontaciones con Keishla Pérez Bigio, imputada junto a William Alexis Avilés González de dar muerte a Padilla Romero.

La imputada y la occisa trabajaban en la empresa de construcción propiedad de José Pérez Colón, padre de Pérez Biggio y esposo de la occisa.

La testigo dijo que la pareja también tenía “sus problemas”.

La menor expresó que la imputada iba a la oficina “cuando necesitaba dinero” y que también había discusiones porque Padilla Romero le decía que “no era hija biológica” de su compañero consensual. “Ella le pedía a mi padrastro que se hiciera la prueba de paternidad", dijo.

El primer encontronazo que recordó fue cuando ella tenía entre 7 u 8 años. Ese día fue que conoció a Pérez Biggio, quien -dijo- empezó a gritarle a su madre y luego la “cortó” con una llave.

Un segundo incidente fue el del 2010, cuando la imputada presuntamente tiró una piedra en el cristal del auto donde estaba su madre, agrietándolo.

Para ese tiempo la occisa estaba embarazada de su hermana menor, que hoy tiene 9 años.

También mencionó otro suceso en el 2019, un mes antes del crimen.

Dijo que una tarde notó a su madre molesta y cuando le preguntó, alegó que esa mañana Pérez Biggio discutía con su papá y quiso involucrarla. La imputada “empieza a pelear y le dice palabras soeces (como p***)… Mami me contó que Keishla la agarró por el pelo y para defenderse la agarró también… Allí estaba la señora que limpia”, recordó.

En medio de un forcejeo, Padilla Romero le arrancó un mechón de pelo a la joven que luego la imputada lanzó al inodoro.

Este mechón es el que la empresaria le pide a la empleada doméstica que lo recoja y lo guarde en una bolsa con cierre.

La testigo dijo que su madre se lo mostró mientras le narraba lo ocurrido y que esa misma tarde fue a un hospital donde lo bajó. Dijo desconocer el motivo.

Mientras la testigo contestaba las preguntas de la Fiscalía, los imputados escuchaban atentos el audio en sala.

Durante el interrogatorio, en varias ocasiones los abogados de Pérez Biggio cuestionaron el propósito de los relatos de la testigo a preguntas de la Fiscalía, por ser prueba de referencia, pero el juez Pedro Saldaña Rosado los permitió al indicar que no se establecerán como prueba del caso.

Ese 30 de septiembre

La menor, luego de explicar cómo era su día a día, indicó que el día del crimen su madre la recogió en la escuela, junto a su hermana, a eso de las 3:00 p.m. y luego fueron a comprar un libro. Posteriormente, llegaron a la oficina donde laboraba e hicieron otras gestiones, como comprar comida en un servi-carro. Su madre conducía una guagua Honda Pilot por la avenida Los Filtros (PR-199) al momento del asesinato.

“Me quedé dormida en un punto (del recorrido entre la oficina y su hogar) porque estaba enferma y lo próximo que me acuerdo es levantándome, porque escuché como si fueran unos petardos”, narró la testigo, quien veía a su progenitora como su mejor amiga.

Contó que al mirar hacia el cristal del lado donde estaba su madre notó un hueco y el cristal a medio romper. Luego observó que frente al vehículo había una motora negra y un señor mirando hacia ellas.

Más tarde, contestó a preguntas de la defensa de Avilés González que no vio a la persona que iba en la motora y que los cristales del vehículo donde viajaba tienen tienes por lo que “era difícil ver” para su interior.

En su relato entre sollozos, la adolescente también narró que el día del crimen vio a su madre con la cabeza hacia abajo y las manos sobre los muslos. De inmediato, llamó a su padrastro y le dijo: “¡le dispararon a mami!”. También marcó al sistema de emergencias 9-1-1. En ese momento escuchó a Padilla Romero intentando respirar con dificultad, como ahogada. Notó cómo la sangre rápidamente llegaba a la parte trasera de la guagua, donde estaba su hermana.

A la mujer le dispararon en 17 ocasiones. Tres de los proyectiles la impactaron en la cabeza.

Mientras la joven testificaba, en sala se escuchaba el llanto de los familiares de la occisa.

La menor siguió narrando que primero llegó una ambulancia y luego Pérez Colón, quien se le echó encima a llorar y luego le expresó: “Las voy a cuidar”, refiriéndose a ella y a su hermana.

Al otro día del crimen, la jovencita indicó que Pérez Biggio llegó preguntando dónde estaba su papá, porque le habían dicho que tuvo un accidente, siendo Pérez Colón quien le informa lo sucedido con Padilla Romero.

La menor dijo que luego del asesinato de su madre la imputada le hizo acercamientos solidarios diciéndole que “estaba ahí para mí, pero me llegó a admitir que la pelea que siempre tuvo era ella y mami, y no conmigo”.

En el interrogatorio de la defensa en horas de la tarde, la menor aceptó que en su declaración jurada del pasado 12 de noviembre no incluyó eso.

Sin embargo, más tarde -a preguntas de Fiscalía- dijo que grabó en video el momento en que su hermanastra le hizo el acercamiento.

De igual forma, días después de los hechos, la testigo indicó que su hermana menor le confesó que “ella vio un carro negro y la pistola apuntando hacia nuestro carro”.

La joven también narró -en el interrogatorio de los fiscales en horas de la tarde- un incidente en el que estuvo involucrado un hermano de Pérez Colón, identificado como Jimmy.

Esta recordó que vio a su padrastro golpear a su madre en la parte de atrás de la oficina. Cuando fue al frente a pedir ayuda se encontró a Jimmy. Pero cuando regresó a donde estaba su madre este también la golpeba.

De otro lado, la adolescente dijo que luego que hizo la declaración jurada en la Fiscalía, a donde la condujo su padrastro, este la llevó a la oficina del abogado de la imputada.

A su salida, ni los fiscales ni los abogados dijeron a cuál abogado se refería.

A preguntas de la prensa de si algunos de ellos podría ser desaforado por esa acción uno de ellos dijo que no.

Tanto Pérez Biggio como Avilés González enfrentan cargos por asesinato, tentativa de asesinato, violaciones a la Ley de Armas y riesgo a la seguridad u orden público al disparar un arma de fuego.

Según la investigación policiaca, Pérez Biggio contrató a Avilés González y a Luis Enrique González Martínez para que cometieran el asesinato.

Entretanto, González Martínez alcanzó un acuerdo con la Fiscalía para convertirse en testigo estrella en el caso. Este enfrenta 11 cargos por asesinato en primer grado, dos tentativas de asesinato, violaciones a la Ley de Armas, riesgo a la seguridad u orden público al disparar un arma de fuego y violaciones a la protección de la propiedad vehicular.

“Va a ser peor”

Por su parte, Lizbeth Padilla, hermana de la occisa, dijo a Primera Hora que lo que se está escuchando en sala es “la verdad, se está diciendo nada más que la verdad”.

Dijo que aunque “es doloroso” y que lo que viene “va a ser peor”, tienen que estar en sala.

“Ella va a tener que hablar. Ella estuvo ahí, con su mamá, con su hermana”, expresó a preguntas de la prensa.

Mientras, aceptó que su sobrina y su padrastro “nunca tuvieron una buena relación”.

Sandra, también hermana de Padilla Romero, agregó que “ellos (su sobrina y padrastro) nunca tuvieron ese clic, por más que lo intentó” y su hermana lo reconocía.

Incluso, la familia denunció que al final hubo problemas porque se dieron controversias de dónde se debía enterrar el cuerpo de mujer.

De la adolescente, según su tía que es vecina de Vieques, se está encargando el Departamento de la Familia, para que termine su cuarto año.

José Padilla, hermano de la occisa también estuvo en sala.

La vista preliminar continuará el próximo viernes 28, a las 9:00 de la mañana.