El nuevo secretario del Departamento de Seguridad Pública (DSP), Pedro J. Janer, considera que en Puerto Rico se encuentra activo el narcoterrorismo, aunque no está plenamente desarrollado, por lo que urge delinear estrategias y alianzas estratégicas con agencias federales para enfrentar a estas mafias.

“Existe el narcoterrorismo, o sea, no en su totalidad porque no hemos sabido que pongan bombas ni cosas de esa índole, pero hay secuestros entre los miembros de las organizaciones narcodelictivas, los asesinatos, los ‘cajackings’, todas esas cosas que terminen en asesinatos se puede considerar narcoterrorismo”, detalló Janer, exdirector de la Administración para el Control de Drogas (DEA, en inglés).

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El funcionario también llamó la atención al incremento en el flujo de "narcos dólares" en la economía subterránea al trascender que hay mafias chinas jugando un papel importante en el lavado de dinero de organizaciones de narcotraficantes mexicanos.

“Cuando una organización de narcóticos empieza a hacer actos terroristas para desestabilizar el gobierno y tomar control de la situación a través de la intimidación los narcos dólares que está establecido que financian organizaciones terroristas a nivel mundial, pues Puerto Rico es un corredor para las drogas también no solo viendo hacia el norte, pero el dinero bajando hacia el sur…todo lo que apoye esos narcos dólares eventualmente va a poyar el terrorismo internacional”, advirtió Janer.

Al preguntarle si los tiroteos al Coliseo de Puerto Rico José Miguel Agrelot, en Hato Rey y frente al estudio de grabación del promotor Raphy Pina, en Caguas, el 8 de diciembre, podrían catalogarse como un ejemplo de narcoterrorismo, suavizó su postura y lo catalogó como un acto de vandalismo.

Sin embargo, aclaró que este tipo de incidente violento no debe volver a suceder y no se aventuró a interpretar el mensaje que querían enviar los sicarios.

Sobre sus comentarios emitidos en octubre declarando a Puerto Rico como un narcoestado tras ocurrir una masacre en el residencial Ernesto Ramos Antonini, en Río Piedras, donde fueron ejecutados cinco hombres y una mujer, dijo que quiere pensar que causaron una reacción paralizante entre los criminales.

En ese momento, Janer, vio unos rasgos que eran parecidos a los que estaba viviendo México y lo que se vivió en Colombia años atrás y quiso crear conciencia de que si en Puerto Rico continuaban ocurriendo estas matanzas con impunidad ante la merma en la presencia policíaca eventualmente la isla se podía convertir en un narcoestado.

Janer dijo que el caso de Ramos Antonini no ha sido esclarecido, pero que la pesquisa está bien encaminada. 

Asimismo, Janer tiene como meta desarticular las organizaciones criminales de la calle luego de un análisis a fondo con los jefes de las 13 áreas policíacas para establecer cuáles son las situaciones particulares de cada municipio.

“Una de mis metas también es habilitar la inteligencia criminal, que muchos años atrás con los diferentes programas ya fuera de encubiertos o informantes, empezar a recapturar esa información para poder evaluarlo y llevarla a un ámbito cooperativo en conjunto con todas las autoridades”, agregó el funcionario que no descarta implementar tanto estrategias que han sido efectivas en el pasado como nuevas ideas de programas federales en los que laboró.

Janer advirtió que tanto policías como oficiales de alto rango tienen que laborar en las calles y que “no se pueden cruzar de brazos de que porque tenemos poca gente no se va a hacer nada”.

También apostó a la unidad de propósitos e iniciativas con la Fiscalía Federal, de Hidtha (High Intensity Drug Trafficking Area Program), y de otras agencias para reforzar los planes de trabajo del Negociado de la Policía.