Una tarde de juegos terminó en tragedia para el jovencito Alberto González Salas, de 13 años de edad, quien falleció electrocutado en un aparente accidente en el área del condominio Lago Playa en Levittown.

La madre del menor, Karina Salas, de 37 años, contó que se ejercitaba por el lugar, cuando se encontró con la escena en la que su único hijo recibió la mortal descarga.

Según contó la progenitora, Alberto jugaba a las escondidas con unas primas y otra menor. Durante el retozo, las niñas –presuntamente– lo empujaron hacia una caja de fusibles que estaba abierta cerca de la verja del condominio.

Salas, quien había salido a caminar por la zona, como acostumbraba, se encontró con la escena.

“La puerta estaba abierta (de la caja)… él estaba en la puerta de la caja, lo empujaron adentro, sucedió una explosión… ellas se fueron corriendo y sucedió el accidente. Cuando yo me asomo, lo que vi es que tenía una piernita por fuera nada más… y vi que era algo más fuerte, una desgracia”, explicó la mamá, al añadir que acto seguido vio chispas y la región se quedó sin luz.

Fue la misma madre que, en medio de la desesperación, pudo llamar al Sistema de Emergencias 9-1-1, según relató.    

Durante el día, Alberto había asistido a la escuela. “Era una persona especial. Era un nene muy bueno, con buena educación, tenía problemas de aprendizaje, de hiperactividad y déficit de atención, pero estaba bien atendido desde pequeño. Pertenecía al grupo de educación especial de la escuela Francisca Dávila Semprit (Toa Baja), relató la vecina de la comunidad Punta Salinas.

Al momento del levantamiento del cuerpo, la Autoridad de Energía Eléctrica no se había presentado, según se informó, pero la caja energizada sí fue asegurada con candados.