“Está destruido”, así se expresó el alcalde de Naranjito, Orlando Ortiz Chevres, sobre el estado en el que se encuentra el comerciante Rey Collazo cuyo hijo fue una de las víctimas inocentes de la novena masacre ocurrida durante la noche de ayer en el negocio Caldosos Bar & Restaurant, localizado en el barrio Cedro Arriba, de ese municipio.

“Los conozco al papá especialmente, pero al hijo también lo conocía, he compartido mucho con ellos y he visitado ese establecimiento. Una persona con quien me comunico mucho y también con el dueño. La llamé horita y hablé con la esposa él está destruido y ella también. Están bregando con la situación no solamente porque pasó en su negocio, sino porque también perdió a su hijo”, exclamó Ortiz Chevres, quien está muy apenado.

El fallecido estaba en la transición para asumir por completo la administración del negocio familiar.

“Un muchacho trabajador bien atento. Mi experiencia era que cuando iba allí siempre las atenciones eran muy buenas. Las redes se han expresado con mucha tristeza, con mucho dolor y dándole el pésame a la familia”, expresó el ejecutivo municipal.

Reveló que el negocio siempre ha contado con sus medidas de seguridad y la propia policía estatal le comentó en varias ocasiones que el establecimiento tenía el control en el interior y de la zona exterior donde controlaba el tránsito.

Según la División de Homicidios de Vega Baja, la balacera iba dirigida a Jesús Manuel Nieves Rodríguez de 35 años, alias El Gato De Toa Alta, quien había escapado de la muerte hace unos diez meses tras ser blanco de un atentado en Toa Alta en el que fue asesinada su pareja de 21 años y tenía un abultado expediente criminal.

La otra víctima era el encargado del negocio, Rey Fernando Collazo Cabrera de 32 años, quien tenía licencia para portación de armas con la que intentó repeler la agresión, pero resultó herido de muerte.

Kevin Julián Pérez Díaz de 22 años, vecino de Morovis, falleció en el Centro Médico de Rio Piedras a consecuencia de las heridas recibidas y tres jovencitos e 17, 18 y 19 años, que celebraban el cumpleaños del menor, resultaron heridos.

“Esto es un hecho totalmente aislado, Naranjito no se escucha en este tipo de noticias lamentable, lo que se escuchan son noticias positivas y por eso es que esto para mi es una experiencia que nunca antes había experimentado algo similar. No son gente de Naranjito, son personas que venían de afuera, que tenían su historial y el desenlace fue aquí. Eso era algo que iba ocurrir no importa qué, eso era un acecho, lo estaban buscando, pero en nada va a provocar que Naranjito sea inseguro”, agregó.

Cumpliendo con su responsabilidad va a volver a evaluar los planes de seguridad vigentes de la Policía Municipal, que casualmente la semana pasada comenzaron el reclutamiento de más agentes y aclaró que el Precinto de Cedro Arriba no tenía delitos registrados a esta fecha. El pueblo solo cuenta con una docena de policías municipales.

“No es algo que debe decirle a la ciudadanía que Naranjito no es bueno para venir esto es algo que no había ocurrido y ocurrió como ocurre en cualquier otro lugar”, puntualizó el alcalde, quien hace un mes se reunió con la Policía Estatal ante el aumento de visitantes que reciben durante los fines de semana tras flexibilizarse las medidas para evitar contagios con el COVID-19.

El negocio tenía todos los permisos y requerimientos al día, pero su desempeño en su comunidad trascendía eso ya que después del paso del huracán María por la isla en septiembre del 2017, como tenían la capacidad para producir agua dejaban a la gente que lavara su ropa en el local.

“O sea, que no es un negocio que solamente opera para sus fines lucrativos, sino que también hicieron su parte social en sus momentos más difíciles”, rememoró Ortiz Chevres.