El arresto de las fugitivas es una tarea difícil para las autoridades ya que son como el camaleón porque tienen la capacidad de cambiar con facilidad su apariencia física, reveló el capitán Luis E. Díaz, director de la División de Arrestos y Extradiciones. 

“Por lo general, su captura es un poco más ardua que los demás tras la facilidad que tienen de realizar diferentes acciones para no ser descubiertas. Entre las más comunes están las alteraciones en su apariencia física, que incluye cambiarse el color de cabello, utilizar zapatos de plataforma para cambiar su altura, aplicar maquillaje para aclarar u oscurecer su tez y el uso de lentes de contacto para cambiar su color de ojos, entre muchas técnicas”, puntualizó Díaz. 

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El funcionario explicó que la mayoría de los delitos que cometen las prófugas son relacionados con robos y fraudes. 

“Se mantienen siempre en movimiento entre pueblos, estados o en países extranjeros como la República Dominicana. Se inclinan por trabajar por cortos lapsos de tiempo en empleos domésticos y que requieren poca o ninguna identificación válida y utilizan teléfonos de terceros para mantenerse comunicadas con su núcleo familiar”, sostuvo el capitán. 

A pesar de las dificultades de este tipo de investigación,  los casos permanecen abiertos aunque hayan transcurridos años desde la presentación  de los cargos en ausencia en el foro judicial.