Lo más importante es permanecer unidos
Fue ahí que salimos corriendo para dar el abrazo, besar y llorar de alegría al ver al “nene o la nena”.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 5 años.
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El tiempo ha pasado y, aunque apenas han transcurrido tres meses, parece una eternidad.
Cercana la fecha del reencuentro un hormigueo recorría el cuerpo. El dormir se hacía cada vez más difícil y el deseo de que los días pasaran rápido era incontrolable.
Llegó la tan esperada fecha. Un auto o un avión era el último paso para poder abrazarlos, besarlos y por qué no, llorar de alegría. Volver a ver a nuestros hijos e hijas ya universitarios o casados era el mejor regalo adelantado de Navidad y la mejor manera de dar gracias a la vida.
Escondida en una esquina, mamá controlaba los nervios para saltar frente él o ella y darle la gran sorpresa. Pero la ansiedad la traicionó y obligó una salida que delató las intenciones.
Fue ahí que salimos corriendo para dar el abrazo, besar y llorar de alegría al ver al “nene o la nena”. Habíamos planificado grabar el momento en que la felicidad se desbordaba y las risas se escuchaban en descontrol. Pero la misma emoción nos hizo olvidar apretar el botoncito de “record”.
Las próximas horas y días serían de preguntas. Ellos por su parte nos harían miles anécdotas, chistes y por qué no, historias de sus vicisitudes en su primer semestre como joven “libre e independiente”. De momento surgirían los primeros conatos de discusión porque siempre se es papá y mamá. Pero ya el respeto por el espacio y su nueva etapa de vida salvaba las diferencias.
Entonces llegó Acción de Gracias y para aquellos como yo que pensamos que el agradecer a la vida, a Dios y al Universo es algo de todos los días, agradecimos con más fuerza de espíritu al verlos bien y triunfando.
Así fue transcurriendo el tiempo y el análisis y evaluación del proceso -incluyendo errores y equivocaciones- se convirtió en un desahogo de ambos lados. Sí, nuestros hijos están viviendo sus propias experiencias y nos toca escucharlos, apoyarlos, aconsejarlos y darles nuevas herramientas para seguir hacia adelante.
Fue entonces cuando nos dimos cuenta que el momento de volver a separarnos se acercaba. Esta vez fueron ellos quienes se recostaron en nuestros hombros o nuestras faldas para recibir el “ñoño” final. Entonces nos arropó el silencio. Tan solo se escuchaban los latidos de corazones sobresaltados.
Llegó la despedida como aquel día que los dejamos en el aeropuerto o en aquel pueblo para tomar camino al hospedaje. El camino de labranza hacia su propio destino. El camino de su independencia.
Y aunque nuevamente hubo llanto, dolor y tristeza, esta vez fue menos profundo y punzante. Porque pudimos ver lo bien que lo han hecho, lo mucho que han aprendido y que sus alas son más grandes y poderosas.
De inmediato encontramos consuelo al pensar que en unas semanas nos volveríamos a ver para, juntos y en familia, celebrar las navidades.
Así unos regresábamos a casa. Otros veían como ellos y ellas tomaban rumbo a su rol de estudiante.
Fue entonces cuando recordamos el pensamiento en aquella primera separación: “tus hijos no son tuyos si no de la vida”.
De pronto una notificación de mensaje de Instagram sirvió de consuelo. “Lo importante en una familia no es vivir juntos si no permanecer unidos”.
Nació en Las Piedras, Puerto Rico el 31 de mayo de 1960. Cursó estudios elementales, intermedios y de escuela superior en el sistema público de enseñanza. En 1978 inició estudios en contabilidad en el entonces Colegio Regional de Humacao. Pero descubrió su vocación en las comunicaciones por lo que 1981 se traslada al Recinto de Río Piedras. En 1984 se graduó Magna Cum Laude en Artes de la Comunicación con concentración en Radio, Televisión y Cine en la Escuela Comunicaciones de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras. Ese mismo año comenzó a laborar en Wapa Televisión como asistente de producción en el programa mañanero “Hoy”. En 1986, inició su trabajo periodístico como editor y reportero de deportes en el Canal de Televisión Tele-Once.
En junio de 2002, comenzó labores como reportero ancla del programa “Tu Mañana” de Univisión PR. A lo largo de su carrera ha entrevistado a figuras de la talla de Micheal Jordan, Larry Bird, Magic Johnson, Tito Trinidad, Miguel Cotto y Orlando Cepeda entre muchos otros. Para noviembre de 2014 inició labores como conductor y presentador del programa “En Record” por ABC-5 Puerto Rico. Además fue presentador de noticias de la plataforma cibernética Lente Viral.
Está casado con Gladys Arce Rosado y tiene dos hijos, Jesús Gabriel Cruz Arce y Ángela Cristina Cruz Maldonado. Elwood es un enamorado de la música, la naturaleza, el deporte, su país y su gente, y de su familia. Son sus padres Jacinta Dávila Santiago y Jesús Cruz Torres (ya fallecidos) y su hermano Orlando Cruz Dávila.
Mi nueva voz
Elwood Cruz comparte con los lectores en una forma más íntima sobre tema libre y vivencias personales.