Si no le gustas a una jeva, por más que le regales y le bajes la luna, si no le gustas, no le gustas. Como el elefante dentro del cuarto, cada vez que la ves hablan de cualquier cosa, menos de si le gustas, porque sabes que ese es el problema y tocarlo sería enfrentar que no tienes break.

Puerto Rico tiene el elefante en el cuarto del cual nadie habla. El tema no se toca, como tampoco se habla en la familia, del tío que hizo su fortuna gracias al narcotráfico, aunque todo el mundo sabe que su ostentosa vida no salió del arbolito de flamboyán.

Nuestro dichoso elefante en el cuarto es el mantengo al que estamos acostumbrados creyéndonos un país rico. Nuestro mantengo va desde fondos federales hasta creer que tenemos derecho a que el gobierno nos resuelva todos los problemas que tenemos.

Parece que no nos hemos enterado de que el político que nos prometió un mundo hermoso, escuelas a cinco minutos, retiro placentero y trabajo en el gobierno lo hizo para ganar nuestro voto, pero nos cogió de tontejos, porque los chavos no dan.

No me malinterprete, hay montones de malgastos, pero aún si quitamos cada centavo de malgasto los recursos para el país que pretendemos vivir, no dan.

O sea, aún si no pagamos absolutamente nada de la deuda, el déficit de Puerto Rico es de sobre 3 billones. Si le ponemos un impuesto a las foráneas para resolver el problema, ellas reportan esos ingresos en otros lugares y no pagan nada aquí. Si fuéramos a aprobar impuestos contra nosotros para resolver el problema tendríamos que subir el IVU al 25%, y eso es sin pagar la deuda.

El Puerto Rico que se construyó basado en el cuento muere. Pero aún hay políticos y personas que no dan por enteradas. Aquí nos acostumbramos a un país insostenible con nuestro nivel de productividad. A falta de productividad, llevamos décadas cogiendo préstamos que solo condenan a nuestros hijos a la miseria porque usamos ahora el dinero que se supone fuera para el futuro de ellos.  

Nos creemos tener derecho a una escuela al abrir la puerta de la casa. Creemos tener derecho a tener hijos, pero que el Estado los sustente. Creemos tener derecho a que la carretera llegue a nuestra marquesina así vivamos en el Cerro Punta en Jayuya. Creemos tener derecho a que el agua llegue a nuestra casa, pero pretendemos a la vez pagar cinco dólares de tarifa base como fue hasta el 2005.

Pretendemos que la luz no nos suba, aunque no ajustamos la tarifa para fuentes alternas desde el 1989 y nos quejamos de aumentos cuando el petróleo subió a 148 dólares. Pretendemos que la UPR cueste 55 dólares el crédito, pero queremos que la calidad de la misma sea de competitividad global.

Todo el mundo sabe que el problema principal de Puerto Rico es el cuponeo, el cuento, el incentivo a la no productividad formal. El que le hemos creído al político que promete no al que dice la verdad.

Tenemos el 60% de la población fuera de la fuerza laboral y trabajando por el lado siendo sostenida por fondos federales. Casi toda la población que no trabaja lo hace porque si informa ingresos terminaría perdiendo las ayudas sociales. Todo el mundo sabe que lo más que tenemos que cambiar es que las ayudas sean a cambio de productividad. Pero no lo hacemos. Ni nosotros pidiendo a Estados Unidos que cambie el sistema de ayudas sociales (lo cual puede hacer porque el Tribunal Supremo federal ha permitido el discrimen -positivo o negativo- a los territorios) ni Estados Unidos lo hace motu proprio, aunque conoce que lo que creó fomenta la falta de productividad.

Los problemas de Puerto Rico son muy profundos y no tenemos ni los datos claros para poder resolverlos. De hecho, aun cuando hemos visto los estragos de la falta de datos que causaron las metidas de pata de mantener las escuelas en lugares donde no hay jóvenes y que construimos casas caras cuando la población bajó sustancialmente, no hemos redirigido recursos ahí.

Gobernar y no tener los datos claros es como hacer cirugía con un machete. Por tanto, le voy a poner algunos datos en contexto a ver si usted sigue en la oposición a grandes cambios:

1. La UPR no está en las primeras 750 universidades del mundo. Sí, hay gente excepcional que de la UPR llega a la NASA, pero en gobierno se mide el promedio no la excepción. Las universidades privadas no hay ninguna en las primeras 1,300 tampoco. Esto cuando nuestro único recurso para ofrecerle al mundo, son nuestros estudiantes y clase trabajadora profesional.

2. Nuestras escuelas están entre la posición 56-58 de los 65 países que cogieron las pruebas PISA.

3. 50% de la población no está conectada a pozos sépticos, por lo que gran parte de nuestros desechos terminan contaminando nuestros ríos y agua. Luego nos quejamos de la calidad de agua potable.

4. El sistema eléctrico está tan deteriorado que hacen falta 4 billones para mantenimiento nada más.

5. Los sistemas de retiro tienen menos de 1 centavo de cada 100 que necesita para pagar los pensionados.

6. Nuestro sistema de salud está 1.5 billones en déficit y sin Obamacare sabrá Dios qué pase.

7. La economía de Puerto Rico ha perdido cerca de 20 billones de dólares en lo que va de siglo.

Si ante eso, no estamos dispuestos a hacer cambios, empezando por nuestro modelo de dependencia, que el último apague la luz. Si usted piensa que los cambios dramáticos que tenemos que hacer no le van a afectar a usted… usted es parte del problema.