Las recientes muertes en Estados Unidos relacionadas a la práctica del vapeo y un estudio que se realiza en la Isla, mantiene atenta a la Administración de Servicios de Salud Mental y Contra la Adicción (ASSMCA) sobre el riesgo que representa para la población, en específico entre los menores de 18 años.

Según datos del último estudio de consulta juvenil -que se hace desde 1991-, revelados por el administrador auxiliar de prevención de ASSMCA, Juan Rivera, alrededor 45,000 menores de edad de escuela intermedia y superior en Puerto Rico han tenido algún tipo de acceso a este tipo de cigarillo electrónico conocido como Juul.

Esta es la primera vez que el estudio incluye el cigarillo electrónico y aunque no se ha concluido, ya revela que un 22% de los jóvenes de escuela intermedia y superior –tanto de escuelas públicas y privadas– han utilizado cigarillos electrónicos. De esos jóvenes, 14.4%, (27,313) han utilizado vaporizadores con marihuana y un 4.7% dicen que han utilizado vaporizadores con marihuana sintética. 

Rivera señaló que las compañías creadoras de los cigarillos electrónicos están echando por la borda los años de lucha contra el tabaco al apelar a los jóvenes con sus los colores llamativos y los sabores frutales.

“En los menores de edad el cerebro no se termina de desarrollar hasta pasados los 25 años y la nicotina es sumamente peligrosa para todo lo que es el desarrollo motor, todo que es el cerebro en el caso de un menor de edad. El peligro grande es que la gran mayoría se consiguen a través de internet y sabemos que la mayoría de nuestros adolescentes menores de edad tiene acceso a estas redes”, sostuvo.

En cuanto a la orden ejecutiva en la que trabaja el gobierno y que prohibiría el vapeo de manera temporal, Rivera indicó que ya en la Isla existe legislación: la Ley 1, enmendada en el 2011, que prohíbe la venta de tabaco a menores de 18 años. Mientras los trabajos de la orden ejecutiva concluyen, recientemente el secretario del Departamento de Salud, Rafael Rodríguez Mercado, emitió una orden administrativa solicitándole a las instituciones médicas reportar cualquier caso sospechoso de pulmonías o síndrome de distrés respiratorio que puedan estar asociado a cigarillos eléctronicos. 

Según Rivera, los síntomas que manifiestan las personas que pudieran ser víctima de un cigarillo electrónico alterado son los mismos de una pulmonía.

“Están solicitando resoluciones para ver qué están haciendo las agencias en cuanto a esto, pero están proponiendo legislación para prohibir la venta de cigarillos electrónicos en menores y que la agencia de Asuntos al Consumidor (DACO) fuera el responsable de hacer cumplir esta ley. Sin embargo, ya existe. Esa la ley, la Ley 1 de 2011, la hace cumplir el Departamento de Hacienda a través de Rentas Internas”, sostuvo.

Hay temor

Jorge Colón, un consumidor del “vaping”, recurrió hace dos años a esta práctica con el fin de dejar de fumar la caja diaria de cigarillos en la que llegaba a gastar cerca de $300 mensuales. 

Sin embargo, a raíz de los casos registrados en Estados Unidos, donde se le adjudica al uso del cigarillo electrónico la muerte de jóvenes entre los 18 a 25 años, indicó que recayó al uso del cigarillo regular por miedo. 

“Uno dice, ¿será verdad?, sicológicamente causa efecto”, admitió.

En cambio, varios propietarios de establecimientos dedicados a la venta de vaporizadores, sostienen que la controversia creada se trata de desinformación, al asegurar que las muertes señaladas se deben al acceso que las víctimas tuvieron a material adulterado con acetato de vitamina E en el mercado negro o ilegal.

Lo defiende

En tanto, Jorge Pagán, propetario de Puff Shack, explicó que el artefacto utilizado en estos casos de los fallecidos es uno específico, y se le conoce como Juul, que es un ‘pod system’, una batería, parecida al pen drive (aparato tecnológico para guardar data), al que se le reemplaza la cápsula donde va el líquido con los sabores que produce el vapeo. Ese líquido, en el caso de las muertes reportadas, fue sustituido por el material alterado con acetato de vitamina E. En el mercado, como el Juul, hay una variedad parecida. Entre ellas el MYLÉ pods y el JuNo.

Manifestó que esta es la primera vez que se hace un mal señalamiento sobre la práctica del vapeo y adjudicó la misma a la desinformación.

“Las enfermedades y las muertes es, simplemente, que los jóvenes hoy en día en los Estados Unidos estaban comprando material o cannabis sicoactivo en forma de ‘vape’ donde maleantes del bajo mundo estaban fabricando en sitios clandestinos y copiaron los empaques de centros dispensarios legales”, dijo Pagán.

Mientras, Carlos Gutiérrez, de Oasis Vape Shop, sostuvo que “el ‘vaping’ no hace daño... Esto es un mercado bien diferente al cigarillo y a lo que sucedió en Estados Unidos. Dejar de fumar, que es el propósito de esto. Hay personas que vapean en cero (nicotina), lo tiene por botar vapor nada más. Lo hacen como un ‘hobbie’”.

Orden amenazaría los puestos de venta

De concretarse la orden ejecutiva, los centros de ventas de mercancías para el vapeo pudieran dar por terminado sus negocios, al ver esfumarse su asidua clientela.

“Si se logra aprobar por seis meses, como quieren, nosotros vamos a tener que cerrar las tiendas. Los empleos, actualmente yo empleo 19 personas, yo tengo cuatro tiendas, pero van a tener que cerrar porque como nosotros lo que vendemos son líquidos de sabores, eso es lo que les interesa a los clientes. No podemos sostener con las otras cosas que nosotros tenemos aquí”, dijo Pagán.