En medio de la noche en muchos lugares de Puerto Rico un sonido extraño inundó los aires.

Eran cientos de ciudadanos que sacaron su cacerola o calderos y lo hicieron sonar en repudia a la administración de turno y exigiendo la renuncia de Ricardo Rosselló como gobernador.  

El llamado cacerolazo se escuchó en distintas partes del País, aquí algunas de ellas que han sido publicadas en las redes sociales:

Miles y miles de ciudadanos –dentro y fuera de Puerto Rico– han alzado su voz para exigirle al primer ejecutivo que deje su cargo tras la acusación federal por corrupción de dos ex altas funcionarias de su gabinete y las conversaciones que tuvo con sus asesores más cercanos con expresiones machistas, sexistas, homofóbicas y burlescas hacia los sectores marginados de la sociedad.