La crisis de seguridad que atraviesa Puerto Rico “no tiene relación con la venta de bebidas alcohólicas”, aseguró la portavoz de la Asociación de Comerciantes de la Placita de Santurce, Nitza Morán.

“¿Yo soy causa de escalamientos porque expendo bebidas alcohólicas? ¿Yo soy causa de robos de vehículos porque vendo bebidas alcohólicas? No creo que los criminales se den una cerveza antes de cometer los delitos. Se nos ataca como si nosotros fuéramos parte o la causa de la criminalidad”, sostuvo en entrevista con Primera Hora la representante de 32 negocios de la zona.

Y es que estas expresiones surgen luego que el gobernador Ricardo Rosselló Nevares favoreciera ayer que se imponga un cierre a todos los negocios –independientemente si se están en zonas turísticas– a partir de las 2:00 a.m., de ser considerado necesario para la seguridad pública.

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Actualmente, los establecimientos en zona turísticas no tienen un horario de cierre establecido.

Recientemente, la Policía ha detectado un alza en la criminalidad en la zona turística de San Juan. Por ejemplo, el pasado fin de semana, se suscitó un tiroteo en una discoteca de Santurce que cobró la vida de una persona e hirió a otras cuatro. Asimismo, se han reportado robos de vehículos, escalamientos y violaciones. 

“Si es de beneficio para la seguridad, lo vamos a llevar a cabo, porque es la prioridad para nosotros... Aquí hay que atender un asunto prioritario de seguridad. Para mí, la prioridad es la seguridad. Entiendo que para el pueblo de Puerto Rico también. Y, posterior a eso, tomaremos las otras cosas en consideración”, dijo ayer el primer ejecutivo en el anuncio de incentivos de vivienda para policías, funcionarios públicos de primera respuesta y maestros.

Sin embargo, para Morán las palabras del gobernador fueron desinformadas e improvisadas.

“Creo que lo dijo para aparentar tener una solución. Te imponemos un horario de cierre porque no podemos mantener el orden, porque no podemos con ellos… La Policía es la que tiene que estar activa y presente”, remató.

El presidente del Centro Unidos de Detallistas, Jorge Argüelles, catalogó la propuesta como “exagerada y desmedida”.

“El cerrar a una hora u otra no debe ser la solución, sino aumentar la seguridad… Me preocupa, porque esto parece un toque de queda. ¿Los delincuentes van a estar en la calle y los decentes vamos a estar encerrados?”, cuestionó quien representa a 5,000 socios en 169 categorías de negocios. 

Empero, Argüelles resaltó estar al tanto de la crisis que se vive en el Negociado de la Policía de Puerto Rico que en estos momentos funciona con un limitado número de oficiales, escasos recursos y una reducción presupuestaria inducida por la Junta de Supervisión Fiscal.

Efecto dominó

Al analizar los efectos negativos por imponer un horario de cierre a todos los comercios, surgen varias vertientes.

“Atropellaríamos los recaudos estatales, los municipales, los permisos, es una cadena. En estos momentos no estamos para bajar los ingresos a las arcas del gobierno… Una legislación como esta mata el ‘after hours’ [negocios que abren durante la madrugada]. Hay una porción de empleados que salen del trabajo bien en la noche y no son problemáticos”, expuso Morán.

Por otra parte, se afectarían las ventas de las distribuidoras de bebidas alcohólicas, pues los minoristas harán pedidos más reducidos, sostiene la comerciante de Santurce,

Otro punto que discute Argüelles sería un aumento considerable en el desempleo. “El que tiene un turno por la noche, sabe que lo va a perder”, resaltó.

Asimismo, el turismo se vería trastocado de implementarse una medida como esta, renglón económico del País que el propio gobernador ha dicho que intenta atraer. 

“Aquí el turista llega buscando la vida de las islas caribeñas, lo que no tienen en sus países. Por otro lado, en ciudades como Nueva York y Las Vegas no hay horario de cierre y no vemos problemas de orden. El problema aquí es otro”, soltó la portavoz. 

No obstante, para Morán, el problema mayor recae en la interrupción del proceso de recuperación de los pequeños y medianos negocios tras el golpe del huracán María.

“En estos momentos, el cierre no sería lo más apropiado. Nosotros nos estamos recuperando de los gastos exorbitantes del diésel tras el huracán María. Mataríamos una economía resurgente”, sentenció.

También, resaltó la renaciente calle Loíza, en San Juan, donde en los últimos años se ha dado una creciente de negocios que han abierto sus puertas en la zona.

La empresaria aprovechó la oportunidad para solicitarles a las autoridades que, si se llegasen a contemplar el cierre temprano, se incluya a todos los negocios. 

“Yo espero que si es así, nos toque a todos por igual, gasolineras, Walgreens, todos los negocios que abren las 24 horas y venden bebidas”, instó.