A Beatriz Colón Pagán, de 50 años, la vida le ha presentado una dura prueba. Siempre estuvo sobrepeso y buscando una salida a su situación, en el 2013 optó por realizarse una operación bariátrica. A raíz de esta intervención, logró rebajar 200 libras, pero, al pasar el tiempo, notó que algo no andaba bien en su cuerpo, ya que los resultados no estaban rindiendo frutos, al menos no de su cintura hacia abajo.

“Siempre tuve sobrepeso. Llegué a pesar 375 libras y en ese momento tenía problemas en las rodillas, por lo que tenía que caminar con andador y bastón.  Me hice la bariátrica y bajé 200 libras, pero, al año, comienzo a hacerme un proceso de reconstrucción que es la segunda parte de la bariátrica. Me hacen abdominiplastía, luego brazos y senos y luego me hicieron caderas.  Me faltaban solamente los muslos, pero el doctor me dice que me estaba notando bien hinchada”, relató Colón.

Es en ese entonces que su médico desiste de reconstruirle los muslos y es referida a una fisiatra, quien hace un año, a través de un estudio nuclear en el Hospital Oncológico, le diagnostica lipedema. 

“Esta es una condición donde hay acumulación anormal de células de grasa o tejido adiposo en el área subcutánea, específicamente en las extremidades. La causa de porqué ocurre esto no se sabe todavía y está bajo estudios, pero existe un factor genético y hormonal que es determinante”, detalló la fisiatra Ivelisse Sambolín Jessurun, quien atiende a Beatriz en su padecimiento y asegura que de cada 30 pacientes que recibe en su oficina, unas cinco padecen de lipedema y no lo saben.

Este diagnóstico para Beatriz fue devastador, ya que la lipedema es una condición que no tiene cura y, aunque hay tratamientos que pueden ayudar a manejar el agudo dolor que siente en sus piernas, no hay proceso que se realice en la Isla que pueda ayudarla.

“Cuando me diagnostican, me empiezan a dar terapias por los dolores fuertes que tenía de las caderas hacia abajo. Los dolores son espantosos y mis piernas han crecido demasiado. La movilidad es bien difícil.  Yo antes era bien activa, pero esto es una grasa que el cuerpo produce y, si no me opero, me dijo la doctora Carmen López que hay un 90 % de probabilidad de que quede en silla de ruedas”, explicó entristecida la dama, quien está incapacitada por la condición.

En efecto, según la doctora Sambolín, a través del tiempo la lipedema puede progresar y traer complicaciones médicas. La única alternativa efectiva para tratar la condición y aliviar el dolor de los pacientes es la liposucción asistida por agua, intervención que no se realiza en Puerto Rico.

“(La lipedema) no te va a matar, pero te va a hacer la vida extremadamente difícil porque provoca problemas al caminar, dolor crónico severo en articulaciones como rodillas y tobillos. Además de desórdenes alimenticios y el impacto psicológico.  Los únicos tratamientos, además de llevar una dieta antinflamatoria baja en grasa y que la persona se mantenga haciendo ejercicios de bajo impacto, es que se les haga un tratamiento de drenaje manual linfático, junto con el uso de las medias de compresión. Esto les ayuda a disminuir un poco el dolor y el tamaño”.

“Hay un tratamiento más efectivo en términos del tamaño y el dolor es la liposucción asistida por agua, pero no la hace ningún cirujano en Puerto Rico. La lipo común es bastante invasiva y puede causar trauma, mucho dolor y puede desfigurar a pacientes de lipedema. Con agua es mucho menos invasiva, pues utiliza una cánula más finita y con agua a presión tratan de desalojar las células de grasa sin causar tanto trauma.  Eso te ayuda a disminuir el dolor”, especificó la galena.

 Gracias a esta intervención, Sambolín asegura haber visto mejoría en dos de sus pacientes que han salido del País en busca de ayuda, y espera que Beatriz también pueda tener la oportunidad de tener una mejor calidad de vida.

“Tengo dos pacientes que han hecho el tratamiento y han tenido que viajar hasta Alemania, pero el cambio ha sido dramático tanto funcional, física y emocionalmente. Esta liposucción en esas partes del cuerpo afectada puede ayudarles a tener una mejor calidad de vida”.

Por su parte, Beatriz ha hecho sus averiguaciones y la operación asciende a unos $40 mil dólares, esto sin contar los gastos de viaje, hospedaje, comida y transportación. Pero, antes de la operación, la paciente necesita viajar a San Louis para una visita de evaluación que incrementa los gastos del proceso.

“Necesito como $2 mil dólares nada más para esa primera visita porque tengo que ir allá (a San Louis) y el médico cobra $500 dólares por la visita, más el pasaje, hospedaje, comida y transportación durante tres días.  Sin contar los $40 mil dólares más los gastos adicionales de la operación.  Yo estoy haciendo unas rifas y actividades porque ese es el primer paso de todo, pero necesito ayuda. He ido al fondo catastrófico, pero están teniendo problema porque pagan bien tarde y eso es bien difícil porque los médicos no quieren bregar con eso”, dijo la paciente, quien también necesita unas medias de comprensión que cuestan unos $1,114 dólares.

Quien desee ayudar a Beatriz Colón a poder someterse a su operación y tener una mejor calidad de vida, puede hacerlo a través de aportaciones económicas al número de ATH Móvil 787-554-9290.

Etapas de la lipedema (Suministrada)
Etapas de la lipedema (Suministrada)

¿Cómo detectar los primeros síntomas de la Lipedema?

Las personas que sufren de esta enfermedad, comienzan a ver un impacto progresivo de la misma. Es importante, según la doctora Sambolín, mirar en el historial familiar para ver si la condición se manifiesta en algún otro miembro y poder atender a tiempo la situación para que los daños no sean tan severos.

“No hay estudio diagnóstico para la condición. El diagnóstico es totalmente clínico y es una condición que no tiene cura. Pero al ser genético, puede tratar de identificarse la constitución física de la madre de la persona para ver si presenta rasgos de lipedema”, detalló la doctora.

A su vez, hay unas etapas donde las pacientes pueden ir identificando síntomas de la lipedema.

“En el estadio primario la mujer puede quejarse de que le molesta las piernas, pesadez e hinchaz?ón. Pero si levanta las piernas se puede sentir mejor.  En el estadio 2 se empiezan a hacer depósitos de grasas prominentes, nódulos parecidos a la celulitis, pero es mucho más exagerada y el dolor no mejora con la elevación de piernas ni el descanso. Ya para el estadio 3, la piel sufre una elasticidad, guinda y se crean masas enormes y esto no cambia, se pone peor y peor. Se limita la ambulación (caminar)”, sostuvo la doctora.

Es importante establecer que la lipedema se divide en cinco tipos, dependiendo de la parte del cuerpo afectada.  El tipo 1 afecta los glúteos, los cuales tienden a lucir desproporcionadamente más grandes que el resto del cuerpo.  El tipo 2 afecta los muslos, el tipo 3 incluye glúteos, muslos y batatas (pantorrillas). El tipo 4 es raro y se ve solo en los brazos y el tipo 5 es el menos común de todos y se da solamente en las batatas.

A su vez, la doctora aclaró que la condición pueden padecerla tanto a personas obesas como a aquellas personas que no tienen problemas de peso, y que suele mostrarse en el embarazo o en la menopausia, por tratarse de cambios hormonales.

“El 100% de los casos que tengo son mujeres que vienen con una preocupación de que son normal de la cintura para arriba y no importa cuánto trabajen con su peso, las piernas quedan igual.  Es raro que la lipedema ocurra antes de la pubertad, pero sí puede exacerbarse en el embarazo y usualmente se da en la menopausia”, detalló Sabolín.

La doctora también comentó que la condición muchas veces es mal diagnosticada y suele confundirse con la fibromialgia, por lo que instó a las mujeres que tengan sospecha de que algo no anda bien, a que busquen ayuda médica para encontrar la verdadera raíz de su problema y puedan tener un tratamiento efectivo para reducir su dolor.

“Estamos en el mes de la 'awareness' (concientización) de lipedema. Mi recomendación es buscar ayuda, no están solas. A medida que van sintiendo los primeros estadios es importante que vayan a una clínica y poder orientarse. El tratamiento es multifactorial, mientras más temprano lo empiecen mucho mejor para evitar las complicaciones secundarias que pueden presentarse”, concluyó la doctora, a quien pueden conseguir en el Centro de Manejo de Linfedema y Fisioterapia en el edificio Vik Center de la Ave. Muñoz Rivera, oficina 101 o llamando al 787-767-7370.