Tequila, Jalisco. Bajo una carpa y una temperatura de más de 95 grados, una brigada médica de voluntarios, encabezada por la doctora puertorriqueña Frances Avilés Chan y su esposo, el generalista Roberto Martínez Ibarrarán, brindaba ayuda primaria a decenas de mexicanos pobres, muchos de ellos sin seguro de salud.

Algunos llegaban en grupo y otros solos a la plaza principal del casco del pueblito de Tequila, buscando un remedio para sus dolores y condiciones de salud. Además de la consulta y obtener referidos de servicios médicos, los parroquianos recibían medicamentos para sus males, así como charlas de prevención. Otra brigada de voluntarios les ofrecía orientación sobre el uso adecuado del condón.

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A las 12:10 p.m. hubo momentos de tensión cuando, en medio del sofocante calor, llegó a la carpa una madre angustiada con un bebé en brazos envuelto en frisas.

“No le pongas tanta cosa, que el calor no le hace bien, se deshidrata”, le comunicó enseguida el doctor Martínez Ibarrarán a la madre del infante, Laura Janet, antes de revisar a Damián, de solo un mes de nacido.

Luego de examinarlo, el galeno le dijo a la humilde mujer que el menor tenía los pulmones llenos de flema y que le costaba respirar.

“Está malito. Quiero que lo lleves ahorita al hospital, o a un centro de salud. Esto no es de palabritas. Ya está deshidratado y se va a deshidratar más”, le advirtió el médico, tras diagnosticarle insuficiencia respiratoria al bebé.

“Me lo voy a llevar ahorita”, replicó la madre de otros tres niños. La mujer había llegado en un mismo transporte con un grupo, pero el médico le insistió en que la prioridad era el niño.

“Estoy aquí (en Tequila) de visita. Vengo de Juárez, Chihuahua, y me quiero revisar, pues tengo gripe, gastritis, artritis y un dolor en la rodilla. También tengo picor en la piel y la presión alta”, dijo, por su parte, María Eugenia Landeros Sandoval, quien fue atendida por la doctora Avilés Chan.

La boricua le recetó y explicó que, además de tomarse los medicamentos, debía llevar dieta para su condición de diabetes. No estaba disponible un ungüento que le prescribió para la piel, pero la doctora le dijo que procurara la medicina en la carpa al día siguiente. “Se lo pide a ese ‘altote’ que está ahí”, dijo señalando a su esposo, quien era el director médico de la brigade. Roberto mide 6’7”.

Entre 10:00 a.m. y 2:00 p.m. el equipo interdisciplinario había atendido a 140 personas de bajos recursos, en su mayoría tequilenses, aunque también acudieron personas de pueblos distantes del estado de Jalisco. Nueve médicos, una sicóloga, una nutricionista y un fisioterapeuta -que dio masajes a los pacientes en una Camilla-, integraban el grupo.

La brigada, que estaría toda la semana llevando servicios gratuitos a Tequila, fue auspiciada por TIA Foundation y la Fundación Beckman, que es parte de la industria José Cuervo, uno de los principales exportadores de tequila a nivel mundial.

La directora de la Fundación Beckman, Sonia Espinola de la Llave, dijo que el organismo se enfoca en la educación y en la prevención de la salud. “Trabajamos mucho con los jóvenes”, dijo para agregar que en Tequila hay una alta incidencia de alcoholismo.

En horas de la tarde, después que la brigada culminó los servicios, los médicos y el resto del equipo ofrecieron un curso a la gente del pueblo de Tequila sobre cómo atender emergencias de salud en el hogar.