Luego de que trascendiera el mal manejo de las miles de botellas de agua que todavía siguen ubicadas en la pista del aeropuerto Juan Aponte de la Torre en la antigua base naval Roosevelt Roads, y los altos costos por concepto de almacenamiento de estos suministros, la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA en inglés) confirmó que están bajo una auditoría enfocada en evaluar estos y otros gastos relacionados con las operaciones de respuesta y recuperación tras la emergencia del huracán María.

La información fue confirmada por la portavoz de prensa de FEMA, Delyris Aquino, quien dijo que es la Oficina del Inspector General la encargada de hacer la auditoría.

“Para garantizar la integridad y la eficiencia, la Oficina del Inspector General está auditando el uso del dinero de los contribuyentes en todas las operaciones de respuesta y recuperación tras el huracán María, que incluye la distribución de productos”, explicó Aquino.

Previo a que el cargamento de agua fuera declarado como excedente (febrero del 2018) y fuese cedido a la Administración de Servicios Generales (ASG) del gobierno de Puerto Rico (abril 2018), la agencia federal pagó cerca de $250 mil diarios por su almacenamiento, razón que indican fue el motivo principal para que FEMA colocara las cajas de agua en la pista de Ceiba. 

“De los miles de contenedores que FEMA utilizaba en la operación de distribución, se dio prioridad para vaciar unos 1,200, ya que el costo diario era de unos $250 mil por una tarifa de detención asociada con el almacenamiento de agua en estos contenedores. La decisión de colocar el agua en Roosevelt Roads fue con la intención de generar millones de dólares en ahorros y solo permanecería allí por un corto período de tiempo”, detalló Aquino.

Según Aquino, el fin de la investigación en curso es poder asegurarse de que FEMA está administrando de manera correcta los recursos económicos para así garantizar una respuesta eficiente en futuras emergencias.

“FEMA debe brindar servicios a los sobrevivientes de desastres de la manera más consistente, eficaz y eficiente posible, además de mantener una administración responsable. Los esfuerzos de FEMA siguen siendo ofrecer el mayor apoyo posible a los sobrevivientes de un desastre, al tiempo que somos conscientes de nuestra responsabilidad como custodios del dinero de los contribuyentes”, explicó la portavoz. 

Por otro lado, en la más reciente conferencia de prensa relacionada con este asunto, Justo Hernández, coordinador alterno para operaciones de FEMA en Puerto Rico, no pudo precisar si todas las botellas de agua almacenadas a la intemperie estaban dañadas y, al parecer, esto no será objeto de investigación, ya que FEMA confirmó que se inclina a reciclar el líquido, por lo que sería innecesario realizarle pruebas. 

“FEMA determinó que las botellas de agua se reciclarán y, por lo tanto, no se realizarán pruebas de calidad adicionales. Estamos trabajando con proveedores locales para identificar soluciones de reciclaje que sean amigables con el medio ambiente, rentables y que cumplan con todos los requisitos locales y federales. Para evitar costos operativos adicionales, las botellas de agua permanecerán en la pista del aeropuerto hasta que se tome una determinación final”, puntualizó la funcionaria.